25 ANIVERSARIO
El Gobierno de Alfonsín transcurrió en un punto muy alto de la guerra fría con Reagan en el poder y la elite de los halcones gobernando los Estados Unidos mientras las URSS, desde la gerontocrácia y agotada por el esfuerzo de la carrera armamentística, presentaba signos de debilitamiento aunque no permitían anticipar su colapso.
Argentina, no obstante esta situación y su endeudamiento, mantuvo una activa política de no alineamiento que incluyó el respeto a la soberanía de las naciones con su punto de máxima tensión en los jardines de la Casa Blanca cuando el Presidente norteamericano se refirió a las luchas por la emancipación centroamericana de una manera altanera a la que respondió Alfonsín en línea con la doctrina radical: "los pueblos son sagrados para los pueblos", de autodeterminación y no ingerencia. En este aspecto la Historia de la Diplomacia Argentina reconoce momentos de esplendor con el gobierno radical. La que se interrumpió con las "relaciones carnales" tal la denominación de quien fuera Diputado peronista y Canciller de Menem, Guido Di Tella.
Esta foto muestra el primer encuentro con el Presidente cubano Fidel Castro y en el marco de una cumbre de Países no alineados.
La relación con Cuba era un test a la soberanía de los países. Nosotros visitamos La Habana en marzo de 1984 encabezando una misión oficial que estableciera relaciones comerciales mutuamente beneficiosas. Nuestro financiamiento estaba vinculado a la diversificación de las exportaciones con énfasis en los productos industriales y los de las economías regionales que incorporamos en la categoría de los a promover y como lo consagráramos en la Ley de Promoción de Exportaciones. Otro gran paso adelante de nuestro País durante el Gobierno electo en 1983. Nota 109:
Tuvimos el honor, y ya como Embajador en la ALADI, de impulsar el ingreso de ese País como observador (hoy es miembro pleno) y, en el contexto del Tratado de Montevideo de 1980, fuimos el primer país latinoamericano de firmar un acuerdo bilateral de preferencias . Y esta relación madura era la que se tenía con todos y que cristalizara en el inicio del proceso que condujera al MERCOSUR y en acuerdos inéditos con España e Italia. Es que para diseñar política exterior no solo éramos soberanos sino libres para expresarlo en acciones.
El Gobierno de Alfonsín transcurrió en un punto muy alto de la guerra fría con Reagan en el poder y la elite de los halcones gobernando los Estados Unidos mientras las URSS, desde la gerontocrácia y agotada por el esfuerzo de la carrera armamentística, presentaba signos de debilitamiento aunque no permitían anticipar su colapso.
Argentina, no obstante esta situación y su endeudamiento, mantuvo una activa política de no alineamiento que incluyó el respeto a la soberanía de las naciones con su punto de máxima tensión en los jardines de la Casa Blanca cuando el Presidente norteamericano se refirió a las luchas por la emancipación centroamericana de una manera altanera a la que respondió Alfonsín en línea con la doctrina radical: "los pueblos son sagrados para los pueblos", de autodeterminación y no ingerencia. En este aspecto la Historia de la Diplomacia Argentina reconoce momentos de esplendor con el gobierno radical. La que se interrumpió con las "relaciones carnales" tal la denominación de quien fuera Diputado peronista y Canciller de Menem, Guido Di Tella.
Esta foto muestra el primer encuentro con el Presidente cubano Fidel Castro y en el marco de una cumbre de Países no alineados.
La relación con Cuba era un test a la soberanía de los países. Nosotros visitamos La Habana en marzo de 1984 encabezando una misión oficial que estableciera relaciones comerciales mutuamente beneficiosas. Nuestro financiamiento estaba vinculado a la diversificación de las exportaciones con énfasis en los productos industriales y los de las economías regionales que incorporamos en la categoría de los a promover y como lo consagráramos en la Ley de Promoción de Exportaciones. Otro gran paso adelante de nuestro País durante el Gobierno electo en 1983. Nota 109:
Tuvimos el honor, y ya como Embajador en la ALADI, de impulsar el ingreso de ese País como observador (hoy es miembro pleno) y, en el contexto del Tratado de Montevideo de 1980, fuimos el primer país latinoamericano de firmar un acuerdo bilateral de preferencias . Y esta relación madura era la que se tenía con todos y que cristalizara en el inicio del proceso que condujera al MERCOSUR y en acuerdos inéditos con España e Italia. Es que para diseñar política exterior no solo éramos soberanos sino libres para expresarlo en acciones.
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