A modo de Introducción.
La política también consiste a que a uno se le caiga una idea, tenga alguna historia coherente con la misma y que no condene a la sociedad a lo dado y su inercia. Que haya construcción. Será nueva, en el sentido de para una nueva época, si advierte este peligro y promueve un mejor estado de conciencia ciudadana que requiere, también, de un periodismo nuevo en línea con su poder creciente. También de empresarios innovadores y sin privilegios estatales y una educación publica moderna. En fin, una nueva cultura política continuadora de la con la que Alfonsín beneficio al País en 1983 y ya insuficiente. Un desafío es desterrar la hipocresía y la mediocridad de la que resulta un estado del pensamiento que condena al País como única puja a la de Bailando por un Sueño vs. Gran Hermano. Es imprescindible romper los ciclos de frustración y expectativas que fueron los patrones políticos desde la instauración de la democracia y que es el eje del péndulo entre fraccionalismo y hegemonismo que movió la historia reciente. Para eso hace falta concertación, conquista de una nueva época en sentido de desarrollo dejando atrás pujas estériles. Hay que ir a una competencia electoral inteligente, a una oposición leal y a la cooperación política. La propuesta de concertación del Gobierno augura peligros y nada tiene que ver con consenso (que supone posiciones distintas frente a la cosa pública.) Contradictoriamente tiene propósitos hegemonistas convalidado por una dirigencia cobarde para enfrentarlos. UNA, a su vez, es una coalición que constituye, en sí misma, el primer paso de esa concertación.
El Radicalismo en UNA debe ser precursora de nuevas reglas de juego (aprovechando al máximo los espacios que dejan las demandas sociales de no-confrontación y convirtiéndola en puja tranquila por un mejor estado de la política y un programa de futuro aprovechando las condiciones internacionales). Una visión y propuesta no solo para evitar dividir por tres al espacio de concentración de los radicales (los K, los proCarrio y nuestro Partido) sino de multiplicarlo por tres, luego de contenerlos, al voto radical e independiente dispersados en el ARI y el espacio de López Murphy. Una actitud centrífuga. Si volvemos la mirada a Parque Norte del 85 encontraremos rumbo norte para el País y el Partido. Estamos en las vísperas de acceder, o frustrar el acceso, a una nueva época. La segunda desde la instauración de la Democracia y en la que nosotros tenemos la obligación de aportar candidatos en línea con visión e ideas innovadoras, aunque sea desde las condiciones más adversas.
El anochecer político de Buenos Aires y la negación de las crispaciones.
Con el triunfo de Macri concluyó una campaña mediocre, sin ideas innovadoras y un engaño vil a los electores de cara a lo que se hizo o dijo después. Hay eventos que por su repercusión movilizan a la política y la sociedad y constituyen un hito histórico. Un acontecimiento de frontera. El Segundo Centenario será uno de ellos y su centro natural la Ciudad de Buenos Aires. No obstante no formó parte de la agenda electoral. Todo lo contrario de lo que fue el Primer Centenario que movilizo hasta el proceso de modernización institucional del País. O lo que implicaron las Olimpiadas en Barcelona y Sydney, la Feria de Sevilla o el Bicentenario de la Revolución Francesa para Paris en los respectivos programas políticos. Entonces, y aun el hegemonismo de lo practico sobre la idea como fenómenos disociados, acá no hubo nada.
Iniciativas como las impulsadas, en otro orden de cosas, para procesar a Buenos Aires hacia una biociudad, como lo propusieron varios científicos de cara a los nuevos paradigmas de la ciencia, la tecnología y la producción, no tuvieron reflejos en ningún programa ni propuesta aun haciendo gala de la calidad de gestión como paradigma Tamaña mediocridad, acompañada también por la prensa, fue igualmente una manifiesta hipocresía entre las fuerzas contendientes en la segunda vuelta al aparentar diferencias desde la idea de pragmatismo e ideología. A las 48 hs. de su triunfo, Macri (y antes de su descansó en Paris en el departamento del peronista Puerta) manifestó su identificación con las fuerzas de oposición chilena y al PP de España. A la herencia de Pinochet y Franco que no estuvieron contra las ideologías sino la de los otros. Bien que la tuvieron ellos.
La hipocresía Kirchnerista consistió en desafiar al debate político como opción progresismo a PRO. El centro de la propaganda, y con pretensiones de remitir a la historia, fue Mauricio que es Macri. Siguiendo la línea de razonamiento, en la Provincia de Buenos Aires Macri es Scioli, o no???Y acá la historia se le vuelve en contra a la pretendida opción progresista del oficialismo. En Argentina de los primeros pasos de la democracia, un factor clave era el carácter de la repuesta de cualquier dirigente política a la pregunta que hacia en tiempos de la dictadura. Así había ocurrido en la Alemania post Hitler.
Hoy esa pregunta si fuere que hacia cada candidato cuando las grandes crisis, el adjunto muestra a Scioli 10 días antes de la elección que consagrara a Menem en playas paradisíacas, en tiempos duros para el pueblo y con otros compromisos en su caso. Ya se iniciaba la hiperinflación y el gobierno democrático estaba pagando todas las facturas de su tarea progresista y por parte de la patria financiera y sus lacayos de la dirigencia sindical.
Un dato insoslayable, y como conducta política de post crisis, es que el electorado no está para crispaciones lo que constituye todo un desafío para la política para aprovechar cada centímetro de oportunidad para que no desaparezca el debate como manifestación de las diferencias inherentes a la democracia. Uno de los principales puede ser el de la concertación en tanto dato indispensable para acceder al desarrollo económico y social y no dilapidar las oportunidades internacionales inéditas en los últimos 100 años. Las diferencias entre la concertación plural (K) y la de UNA deben ponerse en la superficie. De las diferencias, que nuestros candidatos generen un potencial electoral.
RODILLA A TIERRA!!!!!!!
No se trata de la orden militar. Se trata de la orden Presidencial a los Gobernadores denominados K. A horas de su derrota electoral en Buenos Aires y Tierra del Fuego para reunirse en la Casa Rosada y amortiguar sus efectos. Esa posición fue emulada por algunos intendentes de la Provincia de Buenos Aires. La amenaza de usar todo el poder del Estado para copar a la UCR obligo a la emergencia de las intervenciones como mal menor al peligro de cooptación y disolución. En la Provincia el objetivo fue que la UCR no presente candidatos y asestar, de este modo, un fuerte golpe a la formula Lavagna-Morales.
Con ese propósito coincidió Margarita Stolbizer y fue abortado. Conscientes debemos ser que ha emergido una herramienta poderosa para nosotros, en tanto dirección, y estamos obligados a usarla en el sentido que resulte en mejor calidad política partidaria funcional a la mejor calidad política e institucional que propulsamos en el País. Coherencia, en fin, de lo que se hace con lo que se piensa y se siente, y lo que se propone al País, y que es la mejor definición de LA CAUSA que tenemos a mano.
Ellos y el Presidente esgrimen, y no explican, una concertación que denominan plural. Un bastardeo al método, la concertación, destinado a articular intereses funcionales al aprovechamiento de las condiciones propicias emergentes del set de precios de exportaciones del País y que no se da desde hace 100 años. . De lo que se trata es de no repetir la historia de no pocos petroleros de África y Asia e inclusive Venezuela y Ecuador y poner estos beneficios en manos del pueblo y su futuro. El peligro estriba en no dar el debate sobre esto, o perderlo, por que frente a la no crispación la propuesta de concertación es atractiva cualquiera fuere su contenido.
En nuestro País hay fuerzas corporativas capaces de truncar él transito del crecimiento al desarrollo que necesita, también, de modernización institucional e ideas acerca de por donde pasa el desarrollo en al etapa actual y el valor de la fecundación cruzada entre el conocimiento y recursos. En definitiva, un contrato social progresista que asuma, también, al fin de la pobreza como objetivo.
Discutir el cómo y qué concertar no solo desnuda la posición rodilla a tierra de la pata “radical” sino el carácter de la concertación plural que al final no es tal. Y de paso nos permite filtrar el debate político al que la sociedad de post crisis es refractaria en generar.
Es que tiene que ver mas con los Pactos Preexistentes a la Constitución de 1853 y en tiempo denominados de anarquía. Allí negociaron lideres o caudillos territoriales, Lo plural era el territorio y no la idea. El cambio de tiempo al que se refiere Cobos, entonces, es hacia atrás.
Notas de concertación.
La cuestión de la concertación será tema predominante de la campaña. El Gobierno, con su inmenso poder económico, del que no ahorraran una moneda para aplastarnos, pondrá a la formula Cristina-Cobos en línea con Peron-Balbín como antecendente histórico de la misma. Nosotros, debemos adelantarnos desnudando lo que no tiene nada de concertación y manifestar nuestro punto de vista. Además, ante la demanda de no-crispación es el espacio, por la característica de lo que se discute, para manifestarnos políticamente. En lo que vulgarmente se llama política constructiva. Al fin y al cabo la misma es una herramienta, reiteramos, indispensables para romper los ciclos fragmentación y hegemonismo, proveer la suficiente calidad institucional sin la cual el desarrollo es imposible del mismo modo que la equidad social, desde nuestra concepción de la ética de la solidaridad. En esa calidad institucional debe estar el propósito del fortalecimiento de los Partido Políticos como sujetos centrales, no únicos, de la concertación.
Es que en la concertación k o plural, un radical de Tucumán no estaría representado por que su partido no gobierna. A un socialista de Capital Federal o del ARI de Santiago del Estero le ocurriría lo propio. No es el caso de los peronistas que aun gobiernen delegan todo el poder a Kirchner. No es menor el dato de la matriz de los sujetos concertadores. Ningún propulsor de esta concertación puede responder acerca de quienes conciertan y qué deben concertar. Carecen, además, de una concepción de la puja del ingreso social y territorial y del puerto de arribo. Es que el propósito no es concertar sino cooptar y toda la fuerza del Estado está al servicio de este propósito que no pudo con dirigentes como Rozas, que triunfará en Chaco, y otros como los dignos intendentes bonaerenses que resisten y entre los cuales el de Saladillo, Gorosito, es un ejemplo junto a todos nuestros Intendentes dignos de cuya resistencia debemos hacer una bandera. Los que se fueron ahora, en 1976 se hubieran quedado con la dictadura. Hubieron casos al respecto en nombre de la gestión y la defensa de lo local. La candidata oficial a Presidente se refirió varias veces a la concertación como modo de modernizar las instituciones. Nada dice de esta matriz y de los propósitos.De manera recurrente el tema de una concertación eventual aparece en la superficie y remite al Pacto de la Moncloa. En nuestro caso debemos asistirnos de la Propuesta de Alfonsín de Parque Norte del 5 de diciembre de 1985. Allí se proponía un pacto institucional (de garantías) y otro para la modernidad incluyendo en esta la institucional y la económica y social.No fue posible por la resistencia del Peronismo expresada por Manzano “es el pacto servil a la división internacional del trabajo”.
El centro de la concepción de Alfonsín es que la carencia de lealtad democrática mueve el péndulo desde la ilusión a la frustración. Reflejo de ese movimiento son los comportamientos de fraccionalismo y hegemonismo. Y desde allí dos ideas recurrentes, que al peronismo es posible derrotar en tanto intento hegemonizador y que solo el peronismo garantiza gobernabilidad frente el fenómeno del fraccionalismo. Una dialéctica perversa, una realidad en movimiento hacia atrás, que condenó al País a un pésimo sistema de lealtad democrática abonado por un periodismo mediocre cuando no servil. En el medio de ese movimiento aparecieron y desaparecieron los Corsos Gómez, Adelina de Viola, Albamonte, Varela Cid o Rico, como personajes votados y centrales en su momento y de los que la sociedad no hizo experiencia y olvidó en la vorágine de la informacion de baja estofa. En los países avanzados esto no sucede.Inmensos fueron los padeceres de nuestro pueblo en esa dialéctica nacional suicida. En un contexto de condiciones objetivas propicios, aprovechemos el contexto electoral para filtrar, por esa ventana de oportunidad, el debate político sabiendo que hay historias que avalan promesas de futuro y desde consignas de unidad, para los desafíos políticos, económicos y sociales de nuestra Plataforma, y con ellas volver a ganar la calle. Rc 18-07-07
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