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DE FOTOS, MISIONES E IDENTIDADES
No faltará quien diga que hubiera sido más propicio relacionar, por el contraste, la foto del Presidente Illia con las de Posse y Alberto Fernández. Nada habría para escribir si fueran con las de Carrio, Bullrich, Teresa Anchorena, Prat Gay y los antecesores ideológicos y de clase de estos últimos: Maria Julia Alzogaray y Martínez de Hoz. La posible es la de todos ellos juntos por funcionalidades comunes. La imposible, que estuviera Illia y por razones mas que temporales.
Opté por el riesgo de esta presentación para provocar al espíritu critico desde un punto sensible y polémico: la omisión de Illia en el discurso de Lavagna en el Gran Rex. Y desde allí convocar a la reflexión y al análisis a las que estamos obligados los dirigentes y cuadros respecto a todos los desafíos que supone promover una coalición no hegomonizada por nadie y de los que pocos datos hay en Argentina.
Concluye esta nota con otra foto que tiene mil mensajes y enseñanzas pero que por sobre todo es ejemplar, también en mil direcciones. Obsérvese a figuras señeras de la UCR y tomemos los ejemplos del caso.. Contin, Angeloz, Rabanal y León y entre las personas de pie, y de manera secundaria, ese era su rol en la institucionalidad partidaria del momento (y a la que respetaba) un correligionario que lideraba un movimiento interno y a los radicales que luchábamos contra la dictadura y que, dos años después de esta reunión en la sede Justicialista, seria Presidente de la Nación con el 52% de los votos: Alfonsín. Con ellos y entre otros, se observa a lideres peronistas y todos, bajo los signos del otro gran partido nacional por que transcurrió en su Sede.
A la pasión por UNA (Una Nación Avanzada) y por la candidatura de Lavagna, se llega desde la observación inteligente de las condiciones objetivas y subjetivas del País y del Partido। Pensando en las fortalezas y debilidades de ambos y las oportunidades propicias que tenemos. Son decisiones complejas ya que estamos en las vísperas de un gran salto adelante de nuestra Patria y que tenemos que posibilitar. La invitación, en fin, es prender la luz alta.
A la pasión por UNA (Una Nación Avanzada) y por la candidatura de Lavagna, se llega desde la observación inteligente de las condiciones objetivas y subjetivas del País y del Partido। Pensando en las fortalezas y debilidades de ambos y las oportunidades propicias que tenemos. Son decisiones complejas ya que estamos en las vísperas de un gran salto adelante de nuestra Patria y que tenemos que posibilitar. La invitación, en fin, es prender la luz alta.
Un análisis de Lavagna desde Illia y Alfonsín.
Roberto Lavagna formalizó en el acto del Gran Rex, su candidatura presidencial proclamada por la ultima Convención Nacional. Es la primera vez que la UCR participa de una coalición con una cabeza extrapartidaria. Su perfil no es el que tradicionalmente motiva a nuestro activo político manifestado, dicho sea de paso, en una estimulante movilización.
Es inherente a una coalición naciente que hubiere cosas con las que no coincidimos y otras que suponemos insuficiente. Corresponde al desafío de la construcción de coaliciones con vocación de mayorías, resolverlas. La relevante fue la exclusión de Illia del sendero histórico de UNA. (la coalición que nace) en su presentación y en el discurso de Lavagna.. Lo central, y para adelante, es aprovechar la oportunidad económica que tiene el País para saltar del crecimiento al desarrollo con la condición de la inclusión social y desde la base de la calidad institucional cada vez mas deteriorada protegiendo nuestra identidad.
La propuesta de la coalición tiene como primer efecto romper con la asfixia a las que nos sometió la pinza entre la mediocridad y prepotencia Kirchneristas, por una parte, y el pesimismo que nos estaba incapacitando para la acción practica, por la otra y estimulado por el fracaso del denominado Gobierno de la Alianza y los conflictos internos de la UCR.
Esta vez deberá ser distinta a las experiencias anteriores, en el sentido que a la pasión militante llegaremos desde el ejercicio intelectual, sin los románticos y épicos desafíos de antaño. Y eso si no se considerara épica la misión de poner fin a la pobreza.
La libertad ya ha sido rescatada, el neoliberalismo vencido y las condiciones mundiales nos favorecen para, en términos políticos, estabilizar a la democracia bajo el principio de que no es posible incluir políticamente a excluidos sociales. Y esto un desafío complejo. Existen sobradas razones para dudar del impacto que en la vida política tiene la distribución inequitativa de las riquezas que el capitalismo supone. La independencia política estará inequitativamente distribuida y el desafío nuevo es acotar el impacto señalado. Alfonsín en Parque Norte en 1985 advertía que si el conflicto social no estaba en él diagnostico, las soluciones son formales.
Y no olvidar que el imperialismo existe y las poleas de transmisión de riquezas nacionales también. Que la oligarquía estará a su servicio si no la incorporamos a un rol innovador y todo acontecerá positivamente si conquistamos un desarrollo independiente.
Ir por estos objetivos supone enfrentar a un gobierno, que gesticula en vez de hablar, como lo señaló Lavagna. Estábamos, por incapacidad, entrando a una enfermedad que se manifestaba como un síntoma de asfixia espiritual y moral. Y lo enfrentamos para reconvertir a nuestra crisis en oportunidad. Tenemos que enfrentarlo para evitar el drama que se coman la oportunidad y lo haremos aun con el lastre de nuestras dificultades internas que expresan el fraccionalismo y el individualismo en tanto manifestaciones de la crisis de la política. Desde esos espacio nos dirán, nos dicen, que nuestra alianza es duhaldista cuando lo peor del duhaldismo es parte integrante de este gobierno.Volviendo a la exclusión de Illia supongamos el peor de los escenarios, que fue voluntario para respetar a la otra gran fuerza política que pretende aglutinar la coalición: el justicialismo en tanto proscrito en la elección del ex Presidente y por el Gobierno de Guido. La coalición tiene un espacio de debate y allí corresponde discutir para enmendar equívocos.
Por la característica de aquellos tiempos la legitimidad del Gobierno Radical de 1963 deviene en que instauró la democracia representativa sin proscripciones Lo mismo que Frondizi, aunque este no haya podido resistir el chantaje militar por el que anulara las elecciones en 5 provincias donde gano el justicialismo en marzo de 1962. En ambos casos la decisión, entre otras, produjo derrocamientos de ambos presidentes.
Nuestra historia ha sido muy particular como para atender con cuidado las contradicciones de entonces. Incluso la derecha peronista y la burocracia sindical se involucraron en los golpes de estado. Recién durante la dictadura de Ongania se procesa la unidad popular con otras claves -las que se consagran con el gobierno de Alfonsín y que resuelve la contradicción fundamental que retrasaba las luchas populares (pueblo y antipueblo)-. Además, pretender “perder” a Illia sería declinar banderas sentidas por nuestro pueblo. Centralmente la ética. Si bien su gobierno fue rico también en otros campos, Illia es el paradigma histórico de la moral política y la ética gobernante cual es no solo haber sido honesto sino ejemplo, lo que constituye una dimensión ética superior. Del mismo modo que es un imposible pensar a Illia en una foto con Carrio. Bullrich y Anchorena, o con Aníbal y Alberto Fernández, lo es pensar en un caso Skanka en su gobierno.
Es necesario entender que una coalición, para una nueva mayoría, implica un esfuerzo de unidad en la heterogeneidad buscando denominadores comunes en donde es posible, y necesario, afirmar la identidad histórica. Lo que Agustín Tosco, en resistencia a la dictadura de Ongania, llamaba el desafío de la unidad dialéctica de la heterogeneidad. Además, tendremos candidatos radicales idóneos para competir con propuestas desde los datos genéticos de nuestra fuerza. Siempre con el norte de sintetizar discutiendo con nuestros aliados las distintas maneras de mirar la historia y con perspectiva de futuro. La historia reciente del radicalismo, la era postdictadura, es de coaliciones expresadas en tres formas. La de 1983 sintetizada e inducida por Raúl Alfonsín que se manifestó en su discurso (radicales de Alem, Irigoyen, Illia y Balbín-Peronistas de Perón y Evita – socialistas de Juan B Justo y Alfredo Palacios – Demócratas Progresistas de Lisandro de la Torre y aun liberales que en lo político no se contaminaron de conservadurismo económico y defendieron la libertad.). Otra naturaleza fue la de la Alianza, una coalición de partidos (los mayores el Radicalismo y el FREPASO-en realidad un frente) y que por no haber resuelto correctamente el respeto a las fuerzas que la integraban en tanto coalición, terminó en el más grande adulterio de la historia política argentina y al que nos referiremos.
Y. finalmente, está coalición que integramos a modo de rueda con rayos cuyo eje es el candidato y los dos radios principales la UCR y el justicialismo. La política es una categoría histórica (no es universal ni inmutable) y en sus expresiones prima el entorno de la época o la sociedad. Lavagna, aunque tenga antecedentes anteriores, es expresión de la situación de la política luego de la crisis mas grave de la historia económica y social. Lavagna no es Alfonsín en tanto son dos tiempos distintitos. Pero puede ser al desarrollo económico lo que éste fue al político.
Alfonsín es un radical triunfante liderando varias corrientes políticas sin consenso expreso previo. Un contrato diferente. Un método que triunfó, entre otros alternativos, en el enfrentamiento a la dictadura. La consigna de por la vida y por la paz condujo a modificar la correlación de fuerzas respecto a los sectores dominantes. El triunfo sobre Luder fue la formalización de ese acontecimiento histórico. No llegamos por un programa, que lo tuvimos, sino por una lucha, una trayectoria y un Partido. La elaboración de ese programa fue una formalidad, al margen de los talentos que intervinieron para enfrentar la mas grave crisis de la economía mundial después de la de 1930, Lavagna es el bombero que apagó los fuegos de la crisis y con él vamos a ser arquitectos de un modelo de desarrollo económico e inclusión social. Con Alfonsín vinimos a la historia a reparar a la Argentina y construir su democracia, con Lavagna vamos por el desarrollo y el acceso a la sociedad del conocimiento.
Alfonsín promovió a Lavagna como Secretario de Estado y ahora como candidato desde una concepción del cómo debe avanzar Argentina. Tenemos la oportunidad, peronistas y radicales, de ser protagonistas de este cambio aun la derrota emergente del menemismo y el adulterio político de De la Rua Álvarez. Volvemos a ser sujetos de la historia. Y somos protagonistas, con nuestros mas y nuestros menos, luego de contingencias adversas. Es un dato de lo que somos. Lebensohn, y no es un artilugio doctrinario traerlo a colación, decía “El radicalismo no es una fuerza política. Es una fuerza nacional”. Una fuerza política no hubiera sobrevivido a la hiperinflación de 1989 o a la crisis 2001-2002. No estaría destinada, luego de ello, a enfrentar con optimismo el Siglo XXI. Las crisis son a la fuerza nacional un desafío permanente y en su existencia se juega la realización de una sociedad como Nación. Una historia, una expresión social, un ideario político. Vigencia de la doctrina, claridad en los pensamientos, adaptación constante. El Partido esta incluido en el espacio de la fuerza y el respeto a su institucionalidad un núcleo estratégico a vigilar.
Alfonsín promovió a Lavagna como Secretario de Estado y ahora como candidato desde una concepción del cómo debe avanzar Argentina. Tenemos la oportunidad, peronistas y radicales, de ser protagonistas de este cambio aun la derrota emergente del menemismo y el adulterio político de De la Rua Álvarez. Volvemos a ser sujetos de la historia. Y somos protagonistas, con nuestros mas y nuestros menos, luego de contingencias adversas. Es un dato de lo que somos. Lebensohn, y no es un artilugio doctrinario traerlo a colación, decía “El radicalismo no es una fuerza política. Es una fuerza nacional”. Una fuerza política no hubiera sobrevivido a la hiperinflación de 1989 o a la crisis 2001-2002. No estaría destinada, luego de ello, a enfrentar con optimismo el Siglo XXI. Las crisis son a la fuerza nacional un desafío permanente y en su existencia se juega la realización de una sociedad como Nación. Una historia, una expresión social, un ideario político. Vigencia de la doctrina, claridad en los pensamientos, adaptación constante. El Partido esta incluido en el espacio de la fuerza y el respeto a su institucionalidad un núcleo estratégico a vigilar.
Un radical esta vez no será candidato de los radicales. Un emergente de la política radical será nuestro candidato.
Escribimos asumiendo, como aporte, una visión autocrítica pero convencido en Lavagna como conductor de un proceso histórico trascendente. Pero vamos al encuentro de por qué nuestra generación radical, la de Lavagna justicialista, no ofreció cuadros propios alternativos para responder al por qué no un radical. Presidente?.
En primer termino como generación. Fuimos la vanguardia de la lucha radical contra la Dictadura y la médula del proceso que llevó al triunfo de Alfonsín. Luego, el internismo siempre nos disgregó como una comunidad de destino. El individualismo, en fin. Lo contrario a lo que fuimos para conquistar la democracia.
En primer termino como generación. Fuimos la vanguardia de la lucha radical contra la Dictadura y la médula del proceso que llevó al triunfo de Alfonsín. Luego, el internismo siempre nos disgregó como una comunidad de destino. El individualismo, en fin. Lo contrario a lo que fuimos para conquistar la democracia.
Nuestros reflejos comunitarios fueron defensivos. Se probaron en Semana Santa frente a los carapintadas. Ante el menemismo, en la construcción de la Alianza, luego traicionada, en la estrategia para evitar la disgregación social en el 2001-2 y, ahora, en la construcción de UNA. Asumamos, tuvimos estrategias de fortaleza que no es la que el pueblo premió en 1983. No supimos articular el proyecto que la sociedad esperó de nosotros como conjunto y que solo alcanzó para determinar el carácter de la construcción del gobierno democrático. De nuestras filas no surgió ni un Presidente del Comité Nacional. Nosotros nos ocupamos que no ocurriera. Culturalmente, en no pocos casos, los enemigos pasaron a ser adversarios, los adversarios amigos y los amigos enemigos si por tal se entiende en política alguien al que hay que cercenar en su desarrollo como cuadro o dirigente funcional al Partido y al País.
El segundo caso una generación de jóvenes epicúreos que accedieron al gobierno de De la Rua y Álvarez, no pocos provenientes de una Franja Morada, especialmente de la Capital, prebendaria y totalmente alejada del sendero histórico de la misma. Ellos fueron comidos por la cultura menemista y ocuparon posiciones relevantes y no pocas veces vigilantes de honestos funcionarios radicales o del FREPASO que esfuerzo hacían para sacar el Gobierno adelante. Allí hubo una extraña alianza político familiar en la que en un principio no estuvo alejado el Vicepresidente Álvarez desde el manejo de la sociedad de la informacion y en su interés de jerarquizar relaciones que le abran la puerta a una presidencia a futuro. En otra nota (Fue el Gobierno de De la Rua y Álvarez un gobierno de la Alianza? ) . Procurará aportar a la ruptura de uno de los mayores complejos de culpa.
Finalmente, otra capa del activo partidario hubiere podido competir en el espacio con Lavagna, pero la crisis se los llevo puesto como para no poder ofrecer el prestigio de gestiones impecables. Es que la crisis de prestigio, un emergente del gobierno de De la Rua, donde más pega es en la UCR. No pudo ser de otro modo por que ella lo promovió.
Seriamos necios de convocar, entonces, a un nuevo bloque social y frente político con la sectaria posición de que el Presidente es nuestro aun cuando haya una alternativa más propicia fuera de nuestras filas de la que salió, dicho sea de paso, De la Rua. De lo que se trata es resolver bien entre las posibilidades formales y las reales.
De este modo mantenemos el compromiso con nuestro pueblo al que nunca renunciamos servir. Hicimos mal muchas cosas luego de ser centrales a la conquista de la democracia, evitamos padeceres posteriores pero acá estamos, dentro de la UCR para poner fin a una era. Somos una generación epocal, hicimos épocas, y para el País venimos a cerrar una y abrir la otra que conduzca a la eliminación de la pobreza transformando crecimiento en desarrollo. Nos equivocamos pero estamos y con las nuevas generaciones dispuestos a brindar experiencia para salir de la estrategia de fortaleza y volver a ganar la calle Lavagna es un peronista de los nuestros en el sentido de los de la honda con Balbín y Alfonsín. . Ni de Menem ni de Kirchner. Del Peron concertador. Con nuestros códigos, con nuestros objetivos. Además recorrimos caminos comunes. Nuestro triunfo en las elecciones de 1985 fue un fundamento para cambios radicales. Así, el 28 de noviembre se firma en Iguazú el acuerdo Alfonsín-Serney que implicó revolucionar la relación bilateral, cautiva de las respectivas burguesías y corporaciones militares. Allí se derrotaron esas fuerzas y se puso en marcha el MERCOSUR. El 5 de diciembre Alfonsín presenta en Parque Norte al Comité Nacional la iniciativa de la concertación. Un acuerdo de gobernabilidad y otro de Modernidad. La propuesta no prosperó, Manzano la rechaza diciendo que era la de la dependencia. De haber ocurrido se hubieran evitado despojos a la sociedad por una competencia política despiadada que genero un estado de cosas que llevó a la perdida del reconocimiento social a la dirigencia y a la gente a responder, muchas veces, con violencia o apatía.
Como consecuencia de Parque Norte Alfonsín incorpora, entre otros a Lavagna como Secretario de Industria y Comercio Exterior el 26 de diciembre de 1985 y en esta cartera nos sustituye.
No es común un espacio de cooperación entre el que se va con el que viene, máxime siendo de orígenes políticos distintos. No fue este el caso que entendimos que el mensaje de la concertación implicaba la cooperación. Los grandes avances del MERCOSUR, del que sentamos las bases en Iguazú, lo protagonizamos en tanto el Secretario y nosotros Embajador Representante ante la ALADI (del que el MERCOSUR es parte por el Tratado de Montevideo de 1980). En Punta del Este negociamos juntos el acuerdo que clausura el GATT y abre la OMC reservando los derechos argentinos en materia de servicios (luego dilapidado por el menemismo) y comercio agrícola. Una confrontación importante tuvimos, no son negociaciones inocentes, con Ariel Sharon, Ministro de Comercio de Israel, que representaba al grupo de los auspiciantes de la reconversión del sistema comercial mundial en el sentido de los intereses de las potencias (liberación comercial en lo que son dominantes y proteccionista en lo que somos competitivos). Representábamos a Brasil. Yugoslavia, Egipto e India con los que constituíamos un grupo especial. Obviamente a América Latina. Este fue, además, el contenido de su gestión diplomática como Embajador ante Brusela y Ginebra.
Obligan las circunstancias transmitir la experiencia personal. La misma que nos llevó a proponerlo como Canciller en vez de Rodríguez Llavarini. Decidió De la Rua y el resultado fue el obvio.
Nuestro aporte personal tiene el mismo motivo que la autocrítica. Abonar materia prima para el discernimiento y despegado de otro interés que no sea mirar el futuro con el compromiso y la responsabilidad que siempre tuvimos por este País y esta Fuerza De su gestión como Ministro de Economía obvian los comentarios. El pueblo lo sabe.El no dejo de ser peronista y ninguno de nosotros le pedimos que se hiciera radical. Y viceversa.
Del discurso del Gran Rex se desprenden los ejes programáticos en tanto bases de la campaña que iniciamos. Se concentra en cuatro ideas fuerzas, poner fin a la pobreza es posible, lograr el desarrollo económico es posible, ambas son imposibles con los actuales niveles de calidad institucional y las instituciones son canales de la democracia moderna por las que se canalizan los sectores diversos de la sociedad.. Un programa progresista, desafiante.
De nuevo, la épica pasa por otro lado. Por lo complejo de la construcción y por lo prometedor de poner a la pobreza fin y en manos del pueblo las herramientas científicas y tecnológicas para su emancipación. Reconocemos que por el Gobierno de De la Rua y Álvarez, y la situación del Partido, muchos estan en virtual indefensión espiritual. En otra oportunidad nos referiremos a ambas circunstancias mientras tanto enfrentamos con política las debilidades (la indignación no es una política) .
No sin antes adelantar lo que ya advertimos en el documento la Rebelión de la Genuflexos, que la esencia de la denominada concertación plural de Kirchner es el objetivo de la destrucción del radicalismo como fuerza política y nacional.. Y los que convergen, cualquiera fuera el motivo, se hacen los idiotas en lo que hace a la identidad histórica. Están proclamando sistemáticamente que la democracia perdida en 1976 regresa con Kirchner Presidente. (Jorge Nuhn). Ellos ya promovieron irresponsablemente el primer desaparecido de la democracia. No valoran que la estrategia de lucha que nos planteamos contra la dictadura fue la triunfante y a la que premia el pueblo en 1983. Por no gritar vivas a la muerte la gente tomo las calles y el pueblo paso a ser un sujeto protagonista y de allí el Alfonsín Presidente una consecuencia lógica.
Nos refriegan, no obstante y de manera sistemática, las leyes de Obediencia Debida y el Punto Final cuando propusieron la amnistía en las elecciones de 1983. A la cárcel fueron, y el mundo nos saludo entonces, Videla, Masera, Agosti, Suárez Mason y ciento noventa más. Generales, Brigadieres, Almirantes y Policías. Ellos lo indultaron. Ahora, luego de la propuesta amnistía y el indulto son corajudos contra viejitos sin poder de fuego. Mienten a la historia tratando de conseguir una identidad que, necesariamente, si triunfa mata la nuestra. Esta seria una discusión secundaria si no la trajeran ellos hoy y si los denominados radicales k se hicieran cargo de las diferentes visiones y no la convalidaran.
Estos, con Posse auspiciado por Moyano y en las elecciones pasadas de la mano de Rodríguez Saa vienen recorriendo este camino oportunista y ahora dicen ir por una denominada concertación plural. La diferencia, aun ética, entres la concertaciones en juego, son evidentes en tanto en nuestro espacio, no hay seguidismo. Donde está la ciudadanía en ese mecanismo de unidad nacional ideado por Alberto Fernández, el abogado de Varela Cid (expulsado de la Cámara de Diputados por corrupto) en la impugnación de congresos peronistas. El hombre de Cavallo,. El que descubrió que el intendente de Río Gallegos es un terrorista subversivo.
Hace exactamente 23 años Antonio Troccoli en nombre del Gobierno de Alfonsín, convocó al dialogo. Fue el 27 de mayo de 1984. Estamos nosotros caminando con una estrategia de Unidad Nacional en donde la concertación se inicia en la Coalición UNA y procurara realizarse con las demás fuerzas políticas y sociales. Nuestro antecedente es Parque Norte. Es que la la Unidad Nacional es un dato estratégico para nuestra Patria.
La situación nacional frente al desafío es compleja. Una crisis como la de Santa Cruz es capaz de conmover la estantería gubernamental. El INDEC ha sido menoscabado en su fidelidad. Las presiones sindicales no se neutralizan con compromisos de innovación. El caso Skanka es una muestra del estado del arte de la moral. El País requiere de todos para afrontar el desafío de poner fin a la pobreza y acceder al desarrollo.
Para eso deberemos confrontar también con la nueva derecha que hoy de un modo maquillado empieza a encabezar Elisa Carrio traicionando a miles de sus seguidores progresistas. Debe advertirse que las nuevas derechas no se construyen voluntariamente. Son un emergente involuntario de crisis y de fuerzas que la preceden, inclusive de izquierda. El panorama de la Europa Oriental postsoviètica es un muy rico en coaliciones cívicas. .El modo de acumulación parasitaria los conduce necesariamente a ella y por eso son las alianzas que sorprende a algunos y no avergüenza a otros. Patricia Bullrich de Firmenich, Menem y De la Rua. Estensoro de Menem. Teresa Anchorena de De la Rua y Rodríguez Saa. El no plebeyo Don Fernando de Prat-Gay. Mascarones de proa en el sendero histórico de Maria Julia Alzogaray y Adelina de Viola, incapaces de tener una idea de País, de pensar un modelo en las más paquetas playas de Punta del Este. No obstante hay que asumirlos por su peligro. Raro, es que son respetados en algunas filas radicales. Quizás por que no se presentan con el símbolo de lo conservador y se llaman la nueva política. Entonces la debilidad partidaria, cuando no el oportunismo, da lugar a la tentación.
Y tienen que ver mas, esto es peligroso, con el mesianismo macumbero tentador en tiempos de crisis. Manejan la cruz como si todos los que no pertenecen a su círculo fueran vampiros para terminar carancheando, de todas las fuerzas políticas, su carroña. La concertación cívica es la más descarada disolución del ARI traicionando a miles de sus honestos militantes. Debemos ir en su rescate y esclarecer a la población de lo que son.Vaciarlos es el desafío rescatando, y con la humildad debida, a correligionarios que de buena fe se tientan por esta opción sin advertir que no es el camino propicio ni el natural del radicalismo.
Y podemos. Fue más difícil recatar a gran parte de la juventud de la aventura de la muerte en la lucha contra la dictadura. Pudimos. A nuestros fines no se llega sin esfuerzo, tolerancia, solidaridad, visión e inteligencia. Es que de lo que se trata es de construir una nueva mayoría urgente, que nos permita retomar confianza y hacer del Segundo Centenario de la Patria el punto de concreción de los primeros resultados de nuestro programa y mirar con entusiasmo al Siglo XXI.
En ese complejo contexto el desafío radical es la coalición para Lavagna Presidente en un gobierno plural y caminando con banderas de movilización y de confianza. Un modo de volver a Illia. De replicar el torrente que nos llevó con Alfonsín a construir la democracia. Esta vez vamos por el desarrollo y por el fin de la pobreza. Para poner el progreso científico y tecnológico en manos del pueblo. El Federalismo en acción. Valorizar la juventud rescatándola de la ahistoricidad a la que la condujo el neoliberalismo y aportaron nuestros errores. Ofrecer, a la par de nuestra experiencia, nuestra autocrítica. Y recuperar para la Patria los 700 mil argentinos que emigraron en camino inverso al de sus abuelos. RC 17-05-06.
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