Cuando nos referimos con firmeza a los emigrados de la UCR lo hicimos con firmeza en este blog. Desde una posición muy crítica. No participamos, lejos de nuestro deseo, de la delegación de Convencionales Nacionales de mi Provincia precisamente para no convalidar prácticas que hasta hoy no fueron esclarecidas y que referí en la nota NOTA 115: NO SERE CONVENCIONAL NACIONAL . Esta conducta fortalece nuestra posición que auspicia un GRAN DIALOGO RADICAL a convocar desde la HCN y a cuya redacción aportamos por que no renunciamos a colaborar con el Partido. La iniciativa de Convencionales nacionales de distintas provincias, inclusive de Buenos Aires, y que está abierta a aportes que consoliden los objetivos que se propone, signigicaría, de aprobarse, un gran salto adelante.
Han ocurrido cosas y cuando el pueblo se moviliza hay emergentes que los dirigentes debemos escuchar. Si de ponerle fin a los ciclos hegemonismo-fraccionalismo se trata debemos actuar en consecuencia salvo que querríamos que los que se fueron desaparezcan de la política. Es nuestra obligación servir a la democracia de la Nación y no esperar 26 años como ocurrió en la última gran división radical con impactos territoriales que no le sirven a nadie que no sean los que manden..
Este diálogo que debe convocar nuestra Convención incluye a los denominados al GEN, la CC, los ex K y el ARI y los que se constituyeron en partidos locales o provinciales. Para conformar un partido de oposición y alternativo al hegomonismo peronista. Salvaguardando los intereses de los que se quedaron a cuidar a la UCR en la peor de las condiciones. Ponerlo bajo el paraguas del 25 aniversario. Asumiendo que es funcional al progreso democrático y a las condiciones de prosperidad y atendiendo los reclamos de nuestro pueblo movilizado desde el motivo de la protesta por las cuestiones del campo. Y dando garantías a todos en tanto a convocar por los Presidentes de la Convención con el del Comité Nacional y blindando esa gestión de interferencias que perturben la calidad de la decisión. Bajo estos principios este proyecto para el sábado que viene y nuestro aliento a los que deliberarán en Mina Clavero. Desde el próximo viernes debate el único Partido Político que está organizado conforme lo requirió el pueblo movilizado y desde el brillo de los parlamentarios radicales. También un frente progresista. Un bloque por la República contra el hegemonismo. Y una convergencia nacional para enfrentar al crisis mundial y el desarrollo con inclusión.
Han ocurrido cosas y cuando el pueblo se moviliza hay emergentes que los dirigentes debemos escuchar. Si de ponerle fin a los ciclos hegemonismo-fraccionalismo se trata debemos actuar en consecuencia salvo que querríamos que los que se fueron desaparezcan de la política. Es nuestra obligación servir a la democracia de la Nación y no esperar 26 años como ocurrió en la última gran división radical con impactos territoriales que no le sirven a nadie que no sean los que manden..
Este diálogo que debe convocar nuestra Convención incluye a los denominados al GEN, la CC, los ex K y el ARI y los que se constituyeron en partidos locales o provinciales. Para conformar un partido de oposición y alternativo al hegomonismo peronista. Salvaguardando los intereses de los que se quedaron a cuidar a la UCR en la peor de las condiciones. Ponerlo bajo el paraguas del 25 aniversario. Asumiendo que es funcional al progreso democrático y a las condiciones de prosperidad y atendiendo los reclamos de nuestro pueblo movilizado desde el motivo de la protesta por las cuestiones del campo. Y dando garantías a todos en tanto a convocar por los Presidentes de la Convención con el del Comité Nacional y blindando esa gestión de interferencias que perturben la calidad de la decisión. Bajo estos principios este proyecto para el sábado que viene y nuestro aliento a los que deliberarán en Mina Clavero. Desde el próximo viernes debate el único Partido Político que está organizado conforme lo requirió el pueblo movilizado y desde el brillo de los parlamentarios radicales. También un frente progresista. Un bloque por la República contra el hegemonismo. Y una convergencia nacional para enfrentar al crisis mundial y el desarrollo con inclusión.
Para iniciar la contradiáspora este proyecto de Resolución desde el espacio que tiene como símbolo la proeza de La Medusa. Nosotros pretendemos estar adelante, entre los que no se rinden a las adversidades y por que no dudaron en el valor de la disciplina, pueden convocar.
DIALOGO RADICAL CON GRANDEZA
La Convención Nacional convoca a la unión de los radicales a partir de un diálogo con grandeza. Debemos hacerlo por el bien de la Patria en un partido opositor y con voluntad de construir un poder alternativo.
Encomienda a su Presidente y al Presidente del Comité Nacional promoverlo y encabezarlo en línea con esta decisión. Cuando correspondiere, se convocará a los Presidentes de los Comités de las Provincias y localidades.
El interés del conjunto es superior al de las individualidades. Por eso un dato estratégico para el éxito de la presente Resolución es la disciplina de todos los afiliados, cualquiera fuere el lugar que ocupen. Esto incluye la cuestión sensible de la relación con la opinión pública por los medios masivos de comunicación. Los “voceros”, las “fuentes autorizados” y los “expertos” son figuras discordantes con el objetivo perseguido. Igualmente las negociaciones paralelas.
Convertir el crecimiento en desarrollo, aprovechando las oportunidades con las que cuenta la República Argentina, y poner fin a la pobreza exige un sistema de partidos sólido y con atributos suficientes para favorecer la calidad de la democracia.
La crisis social de 2001/2002 repercutió en la vida institucional de un modo negativo; no podía ser de otra manera. Entre las principales manifestaciones de la crisis política estuvieron las prácticas hegemónicas peronistas, fraccionalista radical y el surgimiento inevitable de los “partidos fantasías”.
Debemos poner fin al dato negativo que para el progreso de la Nación implican los ciclos hegemonismo – fraccionalismo, y estabilizar el sistema de un modo propicio.
Para eso se necesita un radicalismo vigoroso, de radicales sensatos que asuman con grandeza la diáspora. Nosotros nos quedamos para cumplir una misión y no como propietarios de una estructura jurídica y edilicia. El haber permanecido en la UCR y militado en condiciones adversas, es lo que nos da derecho a esta convocatoria a la unidad.
La unión de los radicales es un dato estratégico del pensamiento libre y progresista y un atributo de la Nación y su democracia.
El “kirchnerismo” y los “partidos fantasías” han fracasado. Las movilizaciones populares recientes los ha condenado al lugar de los malos subproductos de la crisis. Así fue con el “menemismo” y los símiles de entonces, como emergentes de la hiperinflación.
Los que emigraron también fracasaron. No se fueron para vivir de rodillas implorando recursos al matrimonio presidencial. Tampoco a arrodillarse e implorar a las fuerzas místicas la solución de los problemas nacionales. Los que canalizaron su vocación por partidos locales y provinciales no renunciaron a participar de las decisiones estratégicas del País.
La convocatoria al diálogo con grandeza no exime de errores a unos, otros y nosotros. La cuestión es comprender el proceso en términos objetivos, de eso se trata. Cada uno en su espacio debe debatir esta iniciativa desde la autocrítica debida y valorando las oportunidades que la sociedad nos brinda nuevamente. Hacer lo contrario implica retroceder, subordinar a nuestros intereses los del País y renunciar a nuestra vocación mayoritaria.
Es que hay que recordar los costos de las divisiones. Durante 26 años, y desde 1957 el radicalismo afrontó dividido tiempos difíciles. Estas escisiones son complejas y con gran relevancia territorial. Funcionales a la debilidad política.
El haber quedado protegiendo las banderas no da derecho a escriturar la propiedad de este Partido y obliga a conductas generosas.
Las posibilidades de los que quedaron cumpliendo este cometido, en las peores condiciones, serán protegidas con el apoyo y las salvaguardias necesarios y que se le encomienda al Presidente del Comité Nacional.
Si esta estrategia de contradiáspora tiene éxito será también porque ofrecemos doctrina, política y conducta. Y ese éxito no consiste en procurar y conseguir un frente entre los radicales atomizados. La grandeza a la que convocamos es por la unidad de los radicales en un partido político: la Unión Cívica Radical.
Desde esa fortaleza vamos a una coalición opositora con otras fuerzas progresista. Y con ellas, y asumiendo la experiencias de las prácticas parlamentarias en las luchas recientes, articular una vasta coalición contra el “hegemonismo” y por la República.
Desde allí vamos a exigir al gobierno un sistema de convergencias que genere las condiciones para el despegue del País. Está faltando asumir la necesidad de que cunda la lealtad democrática, que vayamos por el cambio económico y social que demandan los nuevos paradigmas (hay un mundo que está esperando el regreso de la República Argentina) y una ética de la solidaridad que asuma la resolución de la marginalidad y la pobreza.
En el mes del veinticinco aniversario de nuestra victoria sobre la dictadura militar, la burocracia sindical y el partido de la amnistía, convocamos al Diálogo Radical con Grandeza.
Para servir de nuevo a la democracia y ponerla al servicio de todos como ocurrió el 10 de Diciembre de 1983.
www.frrg.utn.edu.ar/frrg/Apuntes/ar/labalsa.ppt
DIALOGO RADICAL CON GRANDEZA
La Convención Nacional convoca a la unión de los radicales a partir de un diálogo con grandeza. Debemos hacerlo por el bien de la Patria en un partido opositor y con voluntad de construir un poder alternativo.
Encomienda a su Presidente y al Presidente del Comité Nacional promoverlo y encabezarlo en línea con esta decisión. Cuando correspondiere, se convocará a los Presidentes de los Comités de las Provincias y localidades.
El interés del conjunto es superior al de las individualidades. Por eso un dato estratégico para el éxito de la presente Resolución es la disciplina de todos los afiliados, cualquiera fuere el lugar que ocupen. Esto incluye la cuestión sensible de la relación con la opinión pública por los medios masivos de comunicación. Los “voceros”, las “fuentes autorizados” y los “expertos” son figuras discordantes con el objetivo perseguido. Igualmente las negociaciones paralelas.
Convertir el crecimiento en desarrollo, aprovechando las oportunidades con las que cuenta la República Argentina, y poner fin a la pobreza exige un sistema de partidos sólido y con atributos suficientes para favorecer la calidad de la democracia.
La crisis social de 2001/2002 repercutió en la vida institucional de un modo negativo; no podía ser de otra manera. Entre las principales manifestaciones de la crisis política estuvieron las prácticas hegemónicas peronistas, fraccionalista radical y el surgimiento inevitable de los “partidos fantasías”.
Debemos poner fin al dato negativo que para el progreso de la Nación implican los ciclos hegemonismo – fraccionalismo, y estabilizar el sistema de un modo propicio.
Para eso se necesita un radicalismo vigoroso, de radicales sensatos que asuman con grandeza la diáspora. Nosotros nos quedamos para cumplir una misión y no como propietarios de una estructura jurídica y edilicia. El haber permanecido en la UCR y militado en condiciones adversas, es lo que nos da derecho a esta convocatoria a la unidad.
La unión de los radicales es un dato estratégico del pensamiento libre y progresista y un atributo de la Nación y su democracia.
El “kirchnerismo” y los “partidos fantasías” han fracasado. Las movilizaciones populares recientes los ha condenado al lugar de los malos subproductos de la crisis. Así fue con el “menemismo” y los símiles de entonces, como emergentes de la hiperinflación.
Los que emigraron también fracasaron. No se fueron para vivir de rodillas implorando recursos al matrimonio presidencial. Tampoco a arrodillarse e implorar a las fuerzas místicas la solución de los problemas nacionales. Los que canalizaron su vocación por partidos locales y provinciales no renunciaron a participar de las decisiones estratégicas del País.
La convocatoria al diálogo con grandeza no exime de errores a unos, otros y nosotros. La cuestión es comprender el proceso en términos objetivos, de eso se trata. Cada uno en su espacio debe debatir esta iniciativa desde la autocrítica debida y valorando las oportunidades que la sociedad nos brinda nuevamente. Hacer lo contrario implica retroceder, subordinar a nuestros intereses los del País y renunciar a nuestra vocación mayoritaria.
Es que hay que recordar los costos de las divisiones. Durante 26 años, y desde 1957 el radicalismo afrontó dividido tiempos difíciles. Estas escisiones son complejas y con gran relevancia territorial. Funcionales a la debilidad política.
El haber quedado protegiendo las banderas no da derecho a escriturar la propiedad de este Partido y obliga a conductas generosas.
Las posibilidades de los que quedaron cumpliendo este cometido, en las peores condiciones, serán protegidas con el apoyo y las salvaguardias necesarios y que se le encomienda al Presidente del Comité Nacional.
Si esta estrategia de contradiáspora tiene éxito será también porque ofrecemos doctrina, política y conducta. Y ese éxito no consiste en procurar y conseguir un frente entre los radicales atomizados. La grandeza a la que convocamos es por la unidad de los radicales en un partido político: la Unión Cívica Radical.
Desde esa fortaleza vamos a una coalición opositora con otras fuerzas progresista. Y con ellas, y asumiendo la experiencias de las prácticas parlamentarias en las luchas recientes, articular una vasta coalición contra el “hegemonismo” y por la República.
Desde allí vamos a exigir al gobierno un sistema de convergencias que genere las condiciones para el despegue del País. Está faltando asumir la necesidad de que cunda la lealtad democrática, que vayamos por el cambio económico y social que demandan los nuevos paradigmas (hay un mundo que está esperando el regreso de la República Argentina) y una ética de la solidaridad que asuma la resolución de la marginalidad y la pobreza.
En el mes del veinticinco aniversario de nuestra victoria sobre la dictadura militar, la burocracia sindical y el partido de la amnistía, convocamos al Diálogo Radical con Grandeza.
Para servir de nuevo a la democracia y ponerla al servicio de todos como ocurrió el 10 de Diciembre de 1983.
www.frrg.utn.edu.ar/frrg/Apuntes/ar/labalsa.ppt
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