La vocación antiK de la mayoría de la población bonaerense puso a las elecciones en un lugar peligroso en donde las "encuestas" tendrán valor en la batalla sicológica. Y será una amenaza si no somos capaces de neutralizar la sensación de que ellas generan en tanto recurso psicológico de promoción del "voto útil".
Una impresionante licencia idiomática este neologismo de "la tripolaridad". Expresa el estado de virtual empate entre los dos frentes peronistas y el Acuerdo Cívico y Social. Como a los "agraviados por el poder", cualquiera fuere su condición, lo que le interesa es derrotar a Kirchner jugarán a la polarización tan fuerte como los poderes con los que disponen. Y acá llevamos la de perder. La combinación (casi fecundación cruzada) del poder del dinero (grotesca manifestación los dos peronismos ante la pobreza y necesidades de mayor democracia), con los intereses de una prensa agraviada puede ser letal para nuestras aspiraciones de vencer. Las encuestas maquilladas, y no poco de nuestra prensa) serán funcionales a este proceso.
Una encuesta es un indicador para los que toman decisiones. En nuestro País, como nunca será una herramienta de batalla por las características de la misma.
No contamos ni minimamente con sus recursos financieros. Nuestra ventaja comparativa estriba en la militancia (la real y la potencial). Hay que poner en red a la primera, y descubrir y articular a la segunda aprovechando su inmenso potencial. Obviamente asumiendo las aspiración de participar en la gesta anti k, con perspectivas democráticas y sin compromiso de encuadre en estructuras partidarias y procesos burocráticos. Si logramos eso, ganamos y en el País todo empieza para mejor.
Es de esperar, entonces, una sensación ambiente adversa en los próximos días que no debe minar la voluntad militante ni opacar la visión dirigente. Tenemos experiencia como para advertir que de lo que se trata es del poder del dinero. Protegeremos a nuestro activo de esa sensación para convertirnos con ellos en un ejército de evangelizadores por la democracia, la libertad y el progreso. Llenar las calles de nuestros colores e imaginar, autogestionariamente, los métodos del caso. Imaginación más que nunca. Así surgieron las boinas blancas y los cánticos nuestros. No de las agencias de publicidad o de los de los publicistas no militantes.
Por los duetos me refería a la inédita valoración, no solo de los cabezas de lista sino de los segundos también. Y allí, de entre todos, tenemos el mejor de los recursos: la candidatura de Ricardo Alfonsín. En los olimos días escucharemos, yo voto por Stolbizer-Alfonsín pero ganarán Kirchner-Scioli. Entonces ganaremos. Enonces las cosas empezarán a ser distintas. Por que habrá vencido el protagonismo ciudadano de los espíritus libres. Y el poder del dinero pasará a ser un estigma del peronismo nuevo en sus dos versiones (la vulgar y la concheta) que olvidó los tiempos de carbón y tiza para pintar sus consignas.
Una impresionante licencia idiomática este neologismo de "la tripolaridad". Expresa el estado de virtual empate entre los dos frentes peronistas y el Acuerdo Cívico y Social. Como a los "agraviados por el poder", cualquiera fuere su condición, lo que le interesa es derrotar a Kirchner jugarán a la polarización tan fuerte como los poderes con los que disponen. Y acá llevamos la de perder. La combinación (casi fecundación cruzada) del poder del dinero (grotesca manifestación los dos peronismos ante la pobreza y necesidades de mayor democracia), con los intereses de una prensa agraviada puede ser letal para nuestras aspiraciones de vencer. Las encuestas maquilladas, y no poco de nuestra prensa) serán funcionales a este proceso.
Una encuesta es un indicador para los que toman decisiones. En nuestro País, como nunca será una herramienta de batalla por las características de la misma.
No contamos ni minimamente con sus recursos financieros. Nuestra ventaja comparativa estriba en la militancia (la real y la potencial). Hay que poner en red a la primera, y descubrir y articular a la segunda aprovechando su inmenso potencial. Obviamente asumiendo las aspiración de participar en la gesta anti k, con perspectivas democráticas y sin compromiso de encuadre en estructuras partidarias y procesos burocráticos. Si logramos eso, ganamos y en el País todo empieza para mejor.
Es de esperar, entonces, una sensación ambiente adversa en los próximos días que no debe minar la voluntad militante ni opacar la visión dirigente. Tenemos experiencia como para advertir que de lo que se trata es del poder del dinero. Protegeremos a nuestro activo de esa sensación para convertirnos con ellos en un ejército de evangelizadores por la democracia, la libertad y el progreso. Llenar las calles de nuestros colores e imaginar, autogestionariamente, los métodos del caso. Imaginación más que nunca. Así surgieron las boinas blancas y los cánticos nuestros. No de las agencias de publicidad o de los de los publicistas no militantes.
Por los duetos me refería a la inédita valoración, no solo de los cabezas de lista sino de los segundos también. Y allí, de entre todos, tenemos el mejor de los recursos: la candidatura de Ricardo Alfonsín. En los olimos días escucharemos, yo voto por Stolbizer-Alfonsín pero ganarán Kirchner-Scioli. Entonces ganaremos. Enonces las cosas empezarán a ser distintas. Por que habrá vencido el protagonismo ciudadano de los espíritus libres. Y el poder del dinero pasará a ser un estigma del peronismo nuevo en sus dos versiones (la vulgar y la concheta) que olvidó los tiempos de carbón y tiza para pintar sus consignas.
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