martes, 30 de octubre de 2007

Nota 51. Desde el 30 de octubre de 1983


Golpeado por el resultado electoral, y la mala calidad de la derrota, había pensado no escribir por una semana en linea con el descanso. No pude cumplir con esto ni un día. Es que hoy es 30 de octubre en el que derrotamos al pacto sindical militar y abrimos las puertas del mundo para el respeto al País.
Triunfamos con el 52% de los votos (click en mapa). Cerramos la época mas grave de la historia nacional e iniciamos otro de elevado nivel político. Un fin de época implica una demonizacion social del tiempo que se deja y una promesa esperanzadora para el que viene.
La elección del domingo pasado es de fin de ciclo y, esperemos, implique uno promisorio con mayor calidad democrática y pase del crecimiento al desarrollo aprovechando las oportunidades que nos brinda la economía internacional. Luchemos para que los demonizados de lo que cesa no seamos nosotros y por un lugar en la época que se inicia.
La derrota electoral del domingo no será una tragedia si somos capaces de interpretar lo que pasó, y para lo que aportare mis puntos de vista. Se abre el debate y si no es así luchemos para que se abra efectivamente. Yo saludo a los militantes que trabajaron en condiciones desventajosas casi como en las épocas previas a aquella fecha. Y repudio a los que teniendo la obligación no lo hicieron. Pero el tema es mas que de virtudes y defecciones. Es de visión.
En 1966 estábamos mucho peor que hoy. Pudimos revertir la situación para llegar a ese día de 1983 que hoy recordamos. Vamos por el 2011, y para que tenga un orden genético de aquel octubre seamos protagonistas. Luchemos por el protagonismo. Seamos valientes. Salgamos de la indignación que no es una política aunque sin falsos optimismos desde la identidad de resistencia. Si sabemos que requiere el País, y estamos dispuestos a sacrificarnos por eso el deber será cumplido. Pasar de la identidad de resistencia a la identidad de proyecto y no temer a la verdad. Y, obviamente, atender las rectificaciones que hagan falta.

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