Una alianza política se construye sobre la base de una misma mirada sobre el rol del estado, la inserción de Argentina en el mundo y la decisión sobre los recursos humanos del gobierno eventual. Un gobierno de una coalición atiende los temas a corregir para implementar su programa sin desatender lo anterior. Si se defecciona en algunos de ellos vamos a los fracasos. Y quién no reconoce las causas de los mismos está condenado a repetirlos y transformalo en derrota hasta el infinito.
Es un error cuando se habla del fracaso de la Alianza como si hubiera sido un conglomerado electoral sin bases en común. De gente que piensa distinta. Sobre su Instituto Programático nos movilizamos para construir plataforma y promover cuadros y en un Partido dirigido luego con la autoridad de Raúl Alfonsín. Y eso se reflejó en todos sus niveles.
Ese ordenamiento fue el que nos vinculó a fuerzas diversas. Y no cumplió con el contrato electoral desde no cumplir con el contrato político con estructuras y militantes de la aracamaza de la Alianza. Entonces, fue un fracaso del contrato político en términos estructurales y totales. Y ocurrió por la defección de De la Rua y Alvarez.
La tapa de este libro que no leí es elocuente. De la Rúa "anotando" desde su infinita desconfianza. Alvarez con su mirando la elección que viene y escribe Granovsky que terminó sirviendo a los Kirchner. Un retrato de impotencia de la que nos costó salir y debemos preservar con toda nuestra fuerza.
Alvarez, en vez de ser eje de transversalidad de los factores más dinámicos, y tal cual se esperaba, se recostó en el costado de la "la Campora" delarruista construyendo un sistema de recursos humanos no pensados y más cercano a la burguesía de derecha porteña expresada en los shushis y comandada por sus hijos desde su infinita desconfianza. Hasta Rodriguez Larreta fue nuestro funcionario. Un gobierno y dirección de amigos es a la política lo que a la economía es el capitalismo de amigos. Y muchos concluyeron, después, con Macri. Y el Partido fue despreciado aún la autoridad de Raul Alfonsín. Por imperio de la lealtad electoral fue convirtiéndose poco a poco en sostén institucional. Pero seamos sinceros, valía más la opinión de Loperfido o Lombardi o Felgueras que la del Presidente del Partido.
Y para el Chacho era esperar atrincherado y en seducción permanente a los chicos del poder. Para él la relación estratégica eran los hijos del Presidente. De la Rua tenía una relación particular con los que habíamos fogoneado el triunfo y el perfil, pasaba en minutos de la desconfianza al desprecio. De reojo lei muchas veces la libreta de la ilustración de este relato. Cosas increíbles. Expresaba esa preferencia por un nuevo contrato político, un nuevo rol del Estado, una nueva relación con el mundo, una nueva fuente de provisión de recursos humanos para gobernar. Era la traición a la Alianza de parte del Presidente y su Vice. Al apagón, a la rupura del individualismo partidario como dogma, a la carpa de los docentes, a las marchas contra la entrega menemista. A la austeridad republicana de Illia. A la democracia que calificaba el liderazgo de Alfonsín en su toma de decisiones "un fuerte liderazgo democrático".
Alvarez pretendía ser el Al Gore de De la Rúa. Llevar adelante el proyecto de informatización argentina. Su caballito de batalla para una futura presidencia aunque en realidad era un burro. De la Rúa había depositado en su hijo menor la confianza en el tema y desde el costado más superfluo cual fueron los fracasados punto.com. Los que pretendíamos incidir conforme a plataforma, recursos humanos e inserción internacional debían hacerlo en la clandestinidad con la pérdida de autoridad que implicaba. Era muy duro decir allí que la cuestión era la promoción de la informatización de la economía y la sociedad en vez de a Charly Alberti.
Esa Internet fue el motivo de la renuncia de Alvarez. En la noche de su crisis de los juramentos, totalmente contrarios a él inclusive por "traciones" de sus amigos (1). Reunió al Frepaso residual en sus oficinas de la Rosada y se despidió con un insólito "mañana leemos en Internet los titulares de los diarios y decidiremos que hacemos". Terminó anunciando su decisión en "El Castelar" y sin aviso previo salvo, obvio, a la prensa por disputa de titulares. . Desde allí acuñé el "si no hubiera habido Internet no hubiera ocurrido la crisis gubernamental". La autoestima de una vedete de la política no resistió y fue esa la verdad de las cosas. Su proyecto presidencial se iba en la hoja que sin destino que llevaba el viento hasta el helicóptero que debimos soportar y superar y que deberemos afrontar en esta campaña.
No fue la Alianza y supuestos pensamientos diferentes. Fue la traición a la Alianza y a su escencia la que determinó el fracaso. La incomensurable pusalinimidad de su Presidente. El proyecto personal de su Vice. El amiguismo, las alianzas internas, el sometimiento a los Estados Unidos (yo ví llorar a la actual Ministro Giorgi a la hora del almuerzo con Clinton (2) por que no estaba en la lista de protocolo y decía que se había preparado para eso toda su vida). Todos ajustaba sobre el noble Radicalismo y el espíritu inclaudicable de sus parlamentarios y militantes. Siento necesidad de escribir esto no solo en nombre de la verdad sino por que la verdad es para un diganóstico que debemos atender. Para no fracasar. Para no convertir la derrota en infinita. Y por que se puede estár sacando mal la foto de lo ocurrido. La ruputura del contrato de origen con los Partidos y sus estructuras y cuadros, causó una derrota histórica y se fue con el helicóptero de la verguenza.
(1). Alberto Flamarique fue el primer Ministro de Trabajo. A él que se le adjudica la frase de la Banelco. Era el N 2 de Alvarez hasta ese momento y De la Rúa "lo premió" con la estratégica Secretaría General. El saludo obligado del Vicepresidnete en la ceremonia auguraba la crisis.
(2). Yo integraba el staff técnico por temas de Internet. Y con la NASA debíamos analizar políticas para satélites de baja altura para servicios como hoy pueden ser los GPS, Google Maps y otros. Además del principal que era el de Comercio Electrónico en el ALCA. De mi autoría era el aprovechamiento del mercado hispano. Parecía una parodia que un radical alfonsinista y de la UNR bajara línea técnicas a "los jóvenes brillantes". Allí conocí lo que había pasado con Giorgi, practiamente se tiró en el suelo y logró bajar a Daniel Marx, negociador de deuda. Un papelón. Aunque ya daba igual por que las relaciones carnales 2 estaba en pleno desarrollo. Su expresión fue Ginebra, atacando a Cuba.
martes, 19 de abril de 2011
Relato 557: LECCIONES PARA TRIUNFAR: EL NO FRACASO DE LA ALIANZA. Y EL DE DE LA RUA Y ALVAREZ-
Publicado por Ricardo Campero
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2 comentarios:
Creo que también tuvimos parte de la culpa quienes nos bancamos todo eso calladitos y para adentro porque decirlo en voz alta era "debilitar a nuestro (¿nuestro?) gobierno. Dentro de la Franja y de la FUA hubo planteos de, por ejemplo, pedir la desafiliación de De La Rua, y la respuesta de la conducción fue "No debilitemos al partido". Hoy esa conducción esta fuera del partido, no se bancó los peores momentos pos Alianza y quiere volver desde afuera y condicionando.
Ricardo: muy buena reflexión, desde la anécdota personal y lo visceral se puede aportar otra mirada que ayude a una mejor comprensión, nunca había pensado así la defraudación de la Alianza.
Hay mucho para rescatar y aprender todavía. Espero sirvan y se escuchen tus aportes.
Saludos Cordiales.
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