sábado, 27 de noviembre de 2010

RELATO 537. El fin de una semana intensa. Avances en el frente político y el bloque social y el retroceso radical por la cuestión Sanz.



Cerramos la semana con pasos importantes e inéditos. Rica para nuestra fuerza y estratégicos para la constitución de un Frente Progresista (parece ser el nombre que se arraiga), con la UCR como columna vertebral y a la que le pertenecerá la candidatura presidencial (Ricardo Alfonsín). Se va insinuando como de un centro izquierda democrático y republicano. Integrado por agrupaciones y personalidades políticas con ese sesgo, organizaciones sociales y culturales y actores calificados de todas estas actividadades, de la ciencia y la técnica. Se tiene en claro la necesidad de integrar a sectores del trabajo y a los de la producción innovadores y en condiciones de participar en la gesta de la construcción del desarrollo con inclusión social y territorial. También los grandes empresarios de esas características y sensibles a su internacionalización. Fundamental es el espacio de los emprendedores y las pymes por su rol en la sociedad del conocimiento esencial para el tránsito del crecimiento al desarrollo. Y obviamente los intelectuales, profesionales y académicos. Un frente político y un bloque social fuertes tanto para la contingencia electoral como para un buen gobierno que modernice el País.
Se camina mediante una línea interna: el MORENA, con las dificultades que implica integrar y homogeneizar hacia adentro dado que muchas son tareas inherentes al Partido. Es que al calendario electoral se le suma la decisión “aparente” del Presidente del Comité Nacional de dar batalla contra Alfonsín, el candidato de la línea de la que es uno de los fundadores y dirigente central.
Los mayores avances se concretaron en la Ciudad y Provincia de Buenos Aires.
En el primer caso con sectores de la izquierda democrática y la confluencia con dirigentes de las características de Martin Hourest (legislador de la ciudad) que implicó un gran punto de encuentro con otros espacios y personalidades. Y en la Provincia de Buenos Aires el dirigente social Jorge Ceballos del Movimiento Libres del Sur en el estratégico distrito de La Matanza. En este ambiente de renovación brilló el acto de Vicente López con Alfonsín, Binner y Stolbizer que augura algunos de los rostros que tendrán la responsabilidad de la confrontación electoral.
El radicalismo bonaerense presentó su Instituto de Políticas Públicas, desarrolló su Seminario sobre Turismo (ya había adelantado uno de desarrollo local y territorial en San Nicolás) y este sábado deliberó otro sobre Seguridad y Mediambiente, en la Universidad de Lanús, para el ámbito metropolitano y en confluencia con la UCR de la CABA. Así se va insinuando la alianza con los intelectuales a la vez de favoreciendo la capacitación dirigente.
Este ámbito alcanzó su máxima expresión en el lanzamiento de Plataforma Abierta para la incorporación al proyecto y que tiene ya una base de más de 200 prestigiosos profesionales de base federal e internacional. Dos plataformas tecnológicas más irán al encuentro de profesionales radicales y de fuerzas amigas, que trabajan con éxito en organismos y empresas (“quién es quién”) y de científicos y técnicos radicados en el exterior. Para nosotros el objetivo es el tránsito del crecimiento al desarrollo cuyo dato central será la sociedad del conocimiento como eje en la esencia de una nueva matriz productiva. Entonces es estratégica la compilación del talento para optimizar el Rol del Estado Promotor. En la disposición del recurso humano y la definición de ese Rol está la reversión de la derrota política de los 90.
La dirección del proceso deberá tener firmeza creciente para fortalecer este Frente Político y Bloque social. Es que es necesario ampliarse al centro, y aún a ramificaciones de la derecha democrática, (“Calas” al decir español y en el sentido de las penetraciones del mar en el continente). Es que las tareas en pro de la seguridad y el estado decente no reconocen diferencias en las fronteras ideológicas clásicas. Incluye a las religiones y a otras personalidades de la vida nacional. El desarrollo es inviable con un Estad indecente y una sociedad insegura. Un desafío pendiente es el de erradicar el prejuicio dirigente de que la inseguridad es de preocupación de derechas autoritarias. Otro, revertir la aceptación ciudadana a que más importante que ser decentes es el hacer. Nuestro propósito es construir vínculos con las entidades rurales, comerciantes e industriales locales en todo el territorio argentino y reconociendo que al interior le cabe un rol central en el desarrollo, especialmente a las ciudades intermedias del entorno rural y en donde se incubarán las pymes dinámicas del futuro. El fin de la era de los alimentos baratos y el boom sojero atado al “milagro” chino, y que llegó para durar mucho tiempo, exigen una estrategia del vínculo campo ciudad donde esas ciudades serán los eslabones que enlazarán el espacio territorial y social de la nueva argentina.
Quienes estamos en la dirección de este proceso tenemos más avances hacia afuera que adentro del Partido que debe ser columna vertebral de este frente político y bloque social y que necesita, aún, más tiempo para consolidarse que el que permite el calendario electoral. Entonces requiere de un radicalismo con sus pendencias resueltas en materia de candidaturas y controversias de líneas. Y acá a nosotros nos corresponde resolver la confluencia con otros espacios que tienen los mismos objetivos que nosotros.
Un gran paso adelante fue el encuentro de Alfonsín con La Cantera y la decisión de ésta de concurrir a la concentración del 3 de diciembre. Es que es estratégico licuar las fronteras que diferencian a la juventud radical y para la batalla de la conquista de la juventud argentina donde nos va mal. En la calle eso será posible y a nuestro espacio, la Red Federal, le cabe el haber sido vanguardia en estos tiempos alentadores desde aquellos en los que nadie creía en el proyecto.
Vaya paradoja, estamos homogeneizando más hacia afuera que hacia adentro y con ello disminuyendo el ritmo del avance. Si comprendemos la naturaleza de la fragmentación (consecuencia de un fenómeno económico y social como la crisis del 2001) y la del vínculo de las capas medias con el Estado, entenderemos mejor el por qué de muchas internas y con ello las chances serán mejores para unificar al Partido vanguardia y bajar las broncas. Desde esta perspectiva íbamos a ayudar al repliegue de Julio Cobos en condiciones de ser útil esta construcción y, por lo tanto, integrarlo.
En ese sentido un grave retroceso es el de la "insinuación" de la candidatura de Ernesto Sanz. Es conocido y bien conceptuado en el espacio al que aspiramos movilizar el 3 de diciembre para proclamar a Alfonsín. Y resulta sugerente que se produzca en las vísperas del acto con el que queremos recuperar la calle para que las multitudes pongan, entre otras consecuencias secundarias, a Julio Cobos en una posición dirigente en el proyecto que conduce Alfonsín. Ese movimiento de Sanz tiene dos efectos inmediatos. Por un lado retrasa las condiciones subjetivas para la confluencia en un proceso de unidad fuerte y, por el otro, como perro del hortelano apunta a desarmar los movimientos más dinámicos de los últimos tiempos y que son los narrados respecto a las articulaciones políticas y sociales. No interesa tanto el por qué de la previsible puesta en marcha de un Plan B alternativo al Vicepresidente, y para competir con Alfonsín, sino por qué ocurre en las vísperas de la gran movilización. De la mano de nuestro Presidente del Comité Nacional ha retornado la desconfianza.
Hay una porción quedantista del Partido, situado principalmente en la Ciudad de Buenos Aires y que conduce a otra porción, principalmente de la Provincia de Buenos Aires, que tiene el solo propósito de bloquear nuestros avances. Esta alianza debe romperse mirando las contradicciones implícitas. Hay que rescatar a la militancia noble del rol que el establishment le asigna al radicalismo en el País. Si conducimos y no somos sectarios la mayor parte del camino está recorrido. Esa porción provincial no solo ha manifestado electoralmente su representatividad sino que ideológicamente es de un sesgo distinto. Entonces la contradicción a resolver mediante la lucha política será con tal porción partidaria porteña que ya no representa nada, tiene una estrategia funcional a Macri y abona a un bloque social con el establishment económico y sindical. Acá abrevan los empresarios prebendarios y la burocracia sindical.
La decisión de Sanz ha tenido un efecto brutal en la posibilidad de transferir al Partido nuestros avances tendenciales. Por eso obliga a buscar otras formas orgánicas que permitan sortearlo y mantener, en clave radical, el derrotero. En tanto es tiempo de programas y decisiones territoriales, debe ser tiempo de Solari Irigoyen y de los comités de distritos. El que necesitamos para la reconstrucción de confianza es más largo que el que demanda la construcción de un proyecto de mayorías.
Y acá está hoy el núcleo de la cuestión. El comando de la operación Sanz viene a bloquear nuestra dinámica, considera que el 2011 está perdido y que el escenario es el 2015 y para él como abanderado. El derrotismo conduce necesariamente a las malas prácticas y a las sospechas. Las que hay que remover. Y esa batalla está en la ciudad de Buenos Aires, el santuario de los que nos impugnan porque despreciamos al establishment (un neologismo de valor negativo y aún así lo naturalizan). No entendieron, ya no entendían en el gobierno de Alfonsín, que lo que para ellos son empresarios aliados, para nosotros es burguesía parasitaria que acumula desde las cuasirentas políticas desde los dramáticos movimientos en nuestro sector externo, déficit fiscal y envilecimiento del Estado. Lo que para ellos son dirigentes sindicales para nosotros son burócratas ricos en el frente obrero. Por eso, la batalla de la CABA es de carácter nacional como lo fue el proceso que concluyó con nuestra victoria en la Provincia de Buenos Aires en junio pasado.
Políticamente nuestras diferencias son irreconciliables. Es que en un esquema el político es lobista y se divorcia de las bases. En el nuestro es promotor y conductor del desarrollo y va por la liberación de las fuerzas sociales dormidas por los privilegios. Y obviamente por el sindicalismo libre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

http://redaccionnorte.com.ar/PAGINAS/Noviembre2010/vicente%20lopez-26-entrevista-alfonsin.html