martes, 23 de noviembre de 2010

RELATO 535: INTEGRACIÓN LATINOAMERICANA. LA VERDAD DE LOS APORTES DEL RADICALISMO EN RELACIÓN CON LAS DEL PERONISMO. GANAMOS


El 30 de noviembre se conmemora el día de la hermandad argentino-brasileña y el 25 Aniversario del Acta de Iguazú que pone en marcha el MERCOSUR.Una iniciativa de los Presidentes Alfonsín y Sarney. Hay que asumirlo en las condiciones del enorme prestigio que recobró la integración latinoamericana en la opinión pública. A la vez que acepto el aporte Kirchnerista, doy cuenta lo inapropiado de su relato en el sentido que nuestra política tuvo una dimensión exclusivamente económica.
Entonces cabe aportar al relato auténtico de verdades centrales que ponen al radicalismo en el lugar de los campeones de la integración entre las fuerzas políticas latinoamericanas.
El aporte del Gobierno de Alfonsín está en línea con el de Yrigoyen e Illia. Es verdad lo de la dimensión económica por que ocurrió sorteado el sesgo anti integrador de la crisis internacional que hizo cundir el proteccionismo. La administración del comercio, que estuvo a mi cargo, no solo no restringió sino que revirtió las tendencias negativas del intercambio aún la crisis. Iniciamos la gestión con la resolución de conflictos estructurales del tráfico comercial fronterizo haciendo de las fronteras puntos de encuentros entre nuestras comunidades en vez de territorio de hostilidades entre los gendarmes. Complementariamente los acuerdos comerciales bilaterales y multilaterales en el seno de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI). Entre aquellos, el primero que la Cuba bloqueda realiza con un País de la Región y entre los últimos la PAR (Preferencia Arancelaria Regional ) y el PREC (Programa de Recuperación y Expansión del Comercio). Ambos instrumentos de redireccionamiento comercial favorable a nuestros países. Entre los bilaterales, el con Brasil marca una nueva era que tiene su mejor expresión en el desmontaje de la desconfianza en los respectivos programas nucleares. Apunto la recuperación para nuestra soberanía negociadora de los Acuerdos Sectoriales que eran verdaderos cotos de caza de las empresas multinacionales para diseñar la integración posible conforme a la resolución de las casas matrices.
El peronismo (durante el Gobierno de Menem) conmocionó este proceso con la perforación de las preferencias arancelarias desde la apertura económica discriminada. El sesgo antintegrador de su política solo tuvo antecedentes en la Dicatadura Militar que desmontó las protecciones arancelarias sin cotrapartidas.
En materia política jamás la Argentina tuvo tanta incidencia en la democratización y la Paz como desde 1983. . Anoto en el último caso a la política en Centroamérica que llevó al incidente en la Casa Blanca del Presidente Alfonsín ante Reagan. Brilló en la promoción de la democracia en la Región. Recuerdo el impacto del prestigio de Alfonsín entre las causas de la democratización del Brasil y el rol de nuestro Presidente, junto a otros dignatarios extranjeros, en el peligro que implicó la muerte del Presidente Tancredo Neves el día de su asunción y la consolidación de la de José Sarney. La democratización uruguaya reconoce antecedentes argentinos y nuestro territorio fue un espacio fraterno para la resistencia del País hermano. Fuimos incidentes en el derrocamiento del Dictador paraguayo Stroessner, amigo del peronismo, y en la democratización de ese País sumido en la carencia de libertad y la corrupción. Esto es, en todas sus dimensiones la gestión de Alfonsín fue crucial en el desarrollo político positivo de América Latina.
Tuve el honor de participar de ese proceso. Primero como Secretario de Comercio, de Comercio Exterior y Embajador Representante Permanente en la Asociación Latinoamericana de Integración. En ésta, con sede en Montevideo, fui Presidente de su Comité de Representantes que es el órgano de mayor jerarquía y de carácter permanente.

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