En la anterior nos referimos a la participación en las redes sociales en la que potenciamos nuestro poder político. Preocupan algunas reacciones agraviantes frente a la muerte de Néstor Kirchner. Están de la mano de los desencuentros de las mayorías argentinas estimuladas por la derecha en tiempos sensibles. Pero por sobre todo no advierte los valores que la gente movilizada rescató para siempre y en el contexto explicado en las notas anteriores (juventud+redes). Esa visión condena al aislamiento y desconoce una de las premisas con las que se desenvuelve la política argentina: la coexistencia pacífica de las diversidades.
La movilización de Moyano en Ríver no agregó valor alguno al patrimonio político nacional. No así la de por Kirchner que estuvo más cerca de las exequias de Raúl Alfonsin. Muchisimos jóvenes estuvieron en los dos .
Lo que importa, entonces, es lo que rescató la gente movilizada como valores políticos (no si hubo choripán, micros o patotas). Las nuevas premisas para estar en política con algunos niveles de aproximación y circulando con luz alta. De lo contrario nos condenamos a la esterilidad. En mi caso asumo la cuestión con la convicción que las masas movilizadas construyen valores y que los contenidos y relatos pertenecen a las élites polícas y sus disputas. A las "clases parlantes" para incluir también a los periodistas.(Christopher Lasch, "La Rebelión de las élites. La traición a la democracia").
Categoricamente asumo que se consolidaron un conjunto de valores que revirtieron la derrota cultural de los 90. Libertad (jamás la historia argentina tuvo una generación de exaltación a la misma en el sentido del respeto de la del otro), democracia, derechos humanos y memoria activa (asumiendo la tragedia argentina), unidad en la diversidad y coexistencia pacífica entre los distintos, latinoamericanismo, rol de la política y del Estado como factor clave en la economía y respeto al militante. Premisas para el umbral de la política argentina y tan irreversible que el que lo niegue pierde. En eso consisten mi balance del día después de las muertes de Alfonsín y Kirchner y construidos por la movilización y sentir de las masas que tienen otras peculiaridades en estos tiempos. La individualización es una de las claves para entender el fenómeno. Cada vez menos instituciones y burocracias para intermediar nuestras relaciones tal lo dicho en las notas anteriores.
En otra oportundiad trataremos de indagar el por qué, en vez de los actores políticos, son las muertes de los ilustres las que marcan la cancha del poder. Tiene más que ver con las tramas comunicacionales de la modernidad que con debilidades intrínsecas de los mismos.
La critica y acción políticas que no tenga en cuenta la nueva cancha serán irrelevantes. Y esto no niega las individualidades politicas respectivas. El peronismo y el radicalismo están más fuerte luego de los días después. Es a los partidos fantasías a los que se les implosionó su realidad después de la muerte de Kirchner. Al diluirse los efectos de la crisis del 2001 y morir uno de los ejes promotores de identidad, por contraste. Como que ya no tuvieran sentido. Y en el radicalismo hay que indagar el por qué lo ocurrido no fue una verdadera catástrofe. Y tendrán que felicitarse los que fueron capaces de preservar las condiciones competitivas del Partido creando reales alternativas. Ahora estamos para debatir y competir en las diversidades. Es que respecto a cada una de ellas somos distintos. Este será el caracú del debate político fértil electoralmente en los tiempos por venir. Y en los que pretendemo vencer política y electoralmente.
Mi visión no equipara a Alfonsín (en el escalón de Perón e Yrigoyen en tanto arquitectos de una nueva época) con Kirchner sino que reconoce el papel de lo colectivo para complementar. Es que con Alfonsín vé el rescate democrático para recuperar la libertad de las garras de la dictadura. Con Kirchner, intuyen el rescate nacional de las garras del mercado.
Y esto es muy bueno. No vamos a competir ahora con la agenda del Consenso de Washingthon que devaluó los mejores valores. En definitiva, estamos viviendo tiempos del retorno triunfal de la política. A Néstor Kirchner le debemos reconocer que haya avivado las brasas encendidas por el radicalismo de Alfonsín en tiempos en donde la duda era lo central y las verdades del debate debían develarse con las claves de Bernardo Neustad.
Así, habrá que prepararse para la disputa en otros términos y con otros actores. Es que cuántos chicos se vieron en las colas solos y usando a full sus celulares. Más que en Madrid post Atocha, que en México pre descalabro del PRI y que en la Francia de hoy. Un uso intensivo del celular para indagar noticias, enviar SMS, acceder a Internet, posiblemente a un aún irrelevante twiter, emitir opiniones y escuchar música para amortiguar la espera. Todo al mismo tiempo, en los dos casos y bajo la lluvia, para arribar a contactos breves (de segundos) con los muertos ilustres. Nosotros diferenciamos y comparamos. Las multitudes complementaron para construir un nuevo y mejor umbral para hacer política.
Los debemos agregar otros valores estratégicos aún ausentes y desde allí disputar el poder con nuestros propios contenidos. Uno es el de la modernidad que en términos actuales es la valorización del conocimiento como variable estratégica del tránsito del crecimiento al desarrollo con componentes más equitativos. Reconocer la contradicción fundamental entre conocimiento e insuficiencia de capacidades. La política es una realidad en movimiento y se mueve por la lógica de sus contradicciones. Esta es la nueva contradicción (la que sucede a nuestras viejas luchas, y de pueblo-antipueblo, primero y luego entre democracia y mercado).
Otro tema es el Estado Decente. Nada podremos conquistar con la fuerza inhibidora de la corrupución.
Esas 10 premisas, entonces, constituirán la disputa política y definirán el triunfador. Y clave en la competencia serán los jóvenes como actores centrales y a las nuevas tramas de comunicación, como estratégicas en la lucha.
Entonces, vamos por la puja en la agenda de la nueva plataforma o umbral de valores.
1. Libertad (jamás la historia argentina tuvo una generación de exaltación a la misma en el sentido del respeto a la del otro), 2. Valoración de la política y del militante y exigencia de ejemplaridad. 3. Convivencia política de los diversos. 4. Rol clave de la política y del Estado. 5. Democracia. 6. Derechos humanos y memoria activa (asumiendo la tragedia argentina), 7. Latinoamericanismo. 8. Consensos (Coopetición. cooperar en lo necesario y común para luego competir por las diferencias) 9. Tránsito del crecimiento al desarrollo. 10. Estado Decente (incluyo la cuestión clave de los nuevos desafíos de la seguridad).
Una enumeración taxativa y no casual por que en cada caso tenemos menor nivel de consenso que en el anterior.
Entonces, acá están las cosas. POR LOS JÓVENES: A LOS BARRIOS y A LAS COMPUTADORAS.
martes, 2 de noviembre de 2010
Nota 533: ACERCA DEL IMPACTO DE LAS MUERTES DE ALFONSÍN Y KIRCHNER EN LA BATALLA CULTURAL Y POLÍTICA. LAS 10 COSAS-
Publicado por Ricardo Campero
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