Uno de los atributos de mi amigo Ricardo no es el reciente comportamiento electoral (valorable por cierto) sino su renunciamiento a otros seguros mejores honores cuando debió ser el candidato a Gobernador en el 2007 en las condiciones más adversas. Un espacio al que le esquivaron algunos que tenían más obligaciones con el Partido y al que otros, con graves indisciplinas, boicotearon apoyando otras candidaturas de manera explícita o solapada.
Ricardo les puso el pecho en condiciones complejas e irrepetibles. Hoy recoge sus frutos de un modo que miles de compatriotas lo asumen en este día como un amigo para nuevas y más exigentes empresas. Un amigo que solo pensó en clave radical en tiempos de fragmentación por la crisis del 2001.
No hay comentarios:
Publicar un comentario