martes, 17 de febrero de 2009

Nota 335; EXTRAÑANDO LA PAZ Y EL PROGRESISMO ISRAELÍ.

Desde la Guerra de los 6 días la cuestión Israelí ha sido un drama para el movimiento progresista mundial. Por eso es muy difícil, es mi caso, abordar la cuestión en donde esfuerzo debe hacerse para ser transparente con lo que se piensa y opinar, aunque sea con todos los recaudos que el facismo me obliga a tomar para discrepar con lo que ocurre en Israel.
En el espacio de las impugnaciones se confunde la lucha anticolonial y antimperialista de los pueblos árabes (que le costó la extinción de los mejores movimientos nacionales, entre ellos el liderazgo Palestino de Arafat y que terminó en Hamás) con los antisemitas en tanto degradación cultural que nos viene de lo más profundo de nuestra historia. A la inversa, con el argumento de antisemita se descalifican opiniones que tienen (desde nuestro lema de que
los pueblos son sagrados para los pueblos y los hombres para los hombres) el objetivo de dos estados para dos naciones.
Dos cosas. La primera: Durante esa Guerra en 1967 hubo un desgarrador debate en la Franja Morada rosarina entre los que veníamos de una ferrea defensa de la existencia del Estado de Israel, con los que incorporaban la cuestión colonial a la luz de
"Bandung y el renacer de los pueblos coloniales" (por esa Conferencia tercermundista que tuvo como paladínes a Nerhu y Suckarno, entre otros). Segundo: Todo se discutió de otra manera cuando un compañero nuestro, Eduardo Garat (desaparecido luego), gritó "Solamente pueden discutir acá los que a un judio le dicen judío sin tener la reserva (en algún lado de su mente o sentimiento) que lo está insultando". En ese contexto quiero aportar al debate que incluye, con la elección israelí y el triunfo de la derecha, la cuestión de la invasión a la Franja de Gaza días previos a la asunción de Obama y que es consecuencia no solo de los misiles de Hamas sino, estructuralmente, de la desestabilización política y la derrota inevitable, en mano de estos, de la OLP y de lo que los norteamerianos y la derecha de Israel fueron responsables en línea con lo ocurrido en otros países y en el que caso de Argelia encontró su maxima y más lamentable expresión. El movimiento progresista árabe fue aniquilado, y desde allí el auge del fundamentalismo.
Desde esas posiciones aporto esta nota de un socialista isreaelí y que hago mío.

El que siembra cosecha
Crónica de las últimas elecciones en Israel
Las últimas elecciones en Israel estuvieron precedidas por una anodina campaña.
Si algo se destacó, fue la ausencia de un mensaje discursivo relevante, por lo menos de uno que pudiera representar a la sociedad en un proyecto de futuro.
Tal vez era realmente innecesario, el mensaje o los mensajes ya estaban instalados en la ciudadanía.
Si se habla del discurso por excelencia, éste es el de la seguridad, que tuvo en el crecimiento del partido Israel Beiteinu de Avigdor Liberman un condimento renovado: el sabor xenófobo expuesto sin maquillaje.
Los otros discursos pertenecieron a los distintos segmentos de la ya conocida parcialización y fragmentación de la sociedad en cuestión.
Podría haber existido una agenda bastante surtida de propuestas pero no fue así.
Puntos como promover la transparencia de las instituciones estatales, la calidad de gobierno y la gestión pública no fueron jerarquizados. Tampoco el trabajar para proveer el andamiaje jurídico-institucional que haga posible un estado moderno lució por su presencia.
Nada se escuchó sobre recuperar la capacidad del ciudadano como tal, o propuestas que promovieran la restitución de los valores de igualdad, equidad y racionalidad.
Es evidente que una reforma electoral urge, y no sólo para subir el piso en relación a las proporciones del voto necesario que finalice con las representaciones parlamentarias cuasi tribales.
Es imperiosa para establecer una posibilidad de gobierno y gestión del estado que permita posicionar proyectos y propuestas de sociedad en general y no segmentaria.
Israel se maneja con Leyes Básicas y aún se debe a sí misma una constitución, para llegar a ella es evidente el debate societario que facilite acuerdos, y con ayuda de D"S y la capacidad ciudadana, sacar a cada sector de su coto.
Puede que entonces prosperen discursos distintos, viables de englobar a amplios sectores de la población.
Hoy se votó seguridad, cosa necesaria pero que no tiene por que ser acompañada de exclusiones a posibilidades de diálogos y acuerdos geopolíticos complementarios y viables.
Los resultados electorales en Israel no pueden obviar una nueva configuración internacional.
Para el nacionalismo de derecha israelí reforzado en las recientes elecciones, es imperioso rever la vigencia de la línea que imperó en la última administración norteamericana. El uso exclusivo de la fuerza militar y obviar el consenso internacional, será muy difícil de ahora en adelante.
La presencia del xenófobo Liberman, seguramente jugará un doble rol, el de pieza fundamental y pilar de una próxima administración y el de un pedregullo en el calzado que como tal será inevitablemente molesto, por lo menos en futuras y obligadas negociaciones referentes a cuestiones geopolíticas zonales.
El ganado triunfo del llamado "Bloque Nacional" deberá comenzar a equilibrar lo que le permitió su éxito en las urnas: el voto del miedo a la inseguridad (fomentado por el Likud y Liberman) con la necesidad inevitable de responder a las exigencias internacionales para futuras negociaciones con los palestinos.
Los electores han votado a favor de la seguridad frente a la negociación de la paz y el Estado Palestino.
Kadima logró obtener 28 mandatos, mientras que el Likud ganó 27, con una mera diferencia de treinta y seis mil votos. Las posibilidades de consolidar una coalición derechista encabezada por el Likud son más fuertes innegablemente que las de Livni.
Los resultados oficiales confirmaron también que Avigdor Liberman y su partido Israel Beitenu (Israel Nuestra Casa) recibió 15 mandatos reemplazando al partido Laborista como el tercer mayor partido político. El partido Laborista, sólo logró 13 mandatos. Shas (religiosos Sefaradíes) conservó su poder, con 11 escaños y el Judaísmo y Torá (coalición de judíos religiosos ortodoxos) recibió 5 mandatos. La listas Jadash (comunista de mayoría árabe), Taal (árabe ) y el partido Unión Nacional (representante de los colonos judíos) , Meretz (socialista) junto con Habayit Hayeudi (Casa Judía, partido religioso nacional moderado) recibieron 4 mandatos cada uno.
En lo personal impulsé un giro más enérgico hacia izquierda, en tanto enfatizar la cuestión social.
Enfatizarla con rigor sin descuidar la cuestión nacional, pero enfatizarla repito con fuerza y decisión.
Llegó el momento de desplazar las energías a la cuestión social sin retaceos y atender en su medida la cuestión nacional, pero sin dudar donde está el eje.
La cuestión nacional tiene sin duda un peso importante y fundamental, desusado en otras realidades nacionales pero que lamentablemente suele perturbar nuestras agendas, no es la primera vez que escribo sobre nuestros puntos vacantes.
Repito lo que publiqué ni bien se conocieron los resultados.
Como socialista entiendo que debemos proseguir la lucha por la modernización de la estructura jurídica y estatal, reforzar la transparencia y control de las instituciones, apuntalar el concepto de ciudadanía como actor social y político, ampliar el campo de la gestión de lo público, retomar el estado como reaseguro de equidad distributiva e intervención reguladora de colectivos varios, como así también de la promoción de inversiones y generador de trabajo mediante ella.
Combatir la pasividad cívica promoviendo una ampliación del sujeto político y articular los movimientos sociales alternativos de control y gestión con la estructura partidaria. Lo que garantizaría enfrentar la pasividad de la ciudadanía y aseguraría una recepción crítica de ciertos discursos que ya caractericé.
Por supuesto que tenemos propuestas para atender la cuestión nacional, hemos sido los primeros en sostener dos estados para dos pueblos.
Pero esto exige otras políticas y seguro que la exacerbación de los nacionalismos y exclusiones étnicas es mal camino.
Para finalizar diría que frente a las propuestas xenófobas de Liberman debemos trabajar para un Israel que sea de todos los israelíes, para una sociedad de todos basada en solidaridades y no en desconfianzas.
Y expresaría un deseo, para lo cual contaré lo siguiente. En épocas del gobierno de Netanyahu se repetía, "pasamos una semana más en el trapecio", referente a sus idas y venidas con los entonces vigentes Acuerdos de Oslo.
Pediría entonces, que esta vocación de avezados equilibristas profesionales, no sea el futuro merecido para la ciudadanía de mi país.
Carlos Braverman
Politólogo y Psicólogo, miembro de la Asociación de Derechos Civiles de Israel. Activista por una coexistencia judeo-arabe mutuamente justa y el altermundialismo. Miembro del Partido MeretzIsrael - Haifa).
Presidente Instituto Campos Abiertos
. Partido Socialista

Y en mi caso todo lo dicho desde el recuerdo de que eran judios, entre otros, Froid, Carlos Marx, Einstein y, más cerca de nostros Moises Lebenshon y Bernardo Grinspum. Sus hijos son mis hermanos y este es el ambiente de mi opinión con el fondo del Vapenciero. Un himno de los libres del mundo.
YouTube - Verdi. Nabucco. Va pensiero


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