DE NUESTRA PLACENTA
EL REENCUENTRO DEL 12 DE OCTUBRE DE
1492.
Todo encuentro casual es una cita. 
Jorge Luis Borges
Malos entendidos y chismes italianos. Religión y poder. Sexo y sometimiento en la conquista americana. Primera Parte.
La semana anterior del veintitrés aniversario de
esa boda el genovés Cristóbal Colón les hizo un regalo jamás igualado en la
historia. El 12 de octubre de 1492 con el “Descubrimiento” de América, también
fue el del fin  de la Edad Media e  inicio de  la
Moderna y el del reencuentro del homo sapiens.  Entre los que habían
salido del cuerno de África unos setenta mil años antes y luego pasaron por
Eurasia hasta el Puerto de Palos y otros, treinta y  cinco mil años
después pero en sentido contrario y por Siberia y Alaska. Desde ese puerto de
Huelva navegaron  sesenta y un
día para encontrarse con los que estaban “desnudos como sus madres
les trajeron al mundo" según el almirante genovés mientras
que los que lo recibieron  estaban allí hacía cinco mil años
provenientes de la Península de la  Florida y, quizás, de la cuenca
del Orinoco.  
Todos estos acontecimientos  le dieron a España
un  prestigio como nunca antes ni después y sentaron las bases
para neutralizar  los intentos de menoscabar el gran éxito del
emprendedurismo español. Algunos dicen que el primero en llegar a las
nuevas tierras fue el  galés Richard Ameryke de quien vendría 
 el nombre de América en vez del de  Américo Vespucio. También
que Colón hizo un viaje  preliminar y secreto  a la vez que se
rumoreaba que era un "cristiano nuevo" que ocultaba su carácter
judío debido al  nivel de discriminación existente. Lo mismo  se
las ingenió para conseguir los mapas que eran la llave para  navegar hacia
las nuevas tierras,  novedosos, creíbles y  sin  monstruos para 
los lugares desconocidos. Los habría obtenido  de los
marineros  de la flota pesquera de Ameryke que operaba desde la isla
de Terranova desde 1479 cuando iban detrás del  bacalao. Los vascos
ya cazaban ballenas  por allí y antes que todos ellos  estuvieron
los vikingos que se instalaron en Groenlandia y se expandieron hacia el
sur fundando poblaciones hasta la actual Nueva York. También  se cree que una  flota
china anduvo indagando las costas  del atlántico sur lo que técnicamente
estaban en condiciones de hacerlo pero por  hacerlo y nada màs ya 
que contaban con las especias cuya ruta buscaba Cristóbal Colón.
De haber existido, ninguno de éstos "descubrimientos" tuvieron repercusión en los avances de la humanidad y mucho menos en la reproducción social que ocurrió con él. Inigualable es el gran proceso de miscegenación iniciado desde entonces, designación que preferimos, por su carácter racista, al de mestizaje. Igualmente los intercambios de especies americanas como maíz, papas, batatas, tomates, calabaza o pavos con trigo, arroz, caña de azúcar, algodón, café, vacas y ovejas europeas. “Los revisionistas” y curiosos deben asumir que aquellos descubrimientos, de haber existido, fueron absolutamente intrascendentes para la reproducción social y es lo que cuenta en la historia sin Guinness. Tampoco los mentados viajes derrocharon humanismo al no dejar testimonio de violencia contra los habitantes de la región, simplemente no habrían tenido contacto con ellos.
 La
perspectiva que denuncia al "genocidio español·  debería considerar,
en todo caso, a la totalidad de lo ocurrido en  el recorrido del homo
sapiens hasta el Reencuentro. No pocas veces exterminando poblaciones de las
tierras  que conquistaban. Otras, esclavizando a niños y mujeres. O como
ocurriera después asesinando a seis millones de judios en las cámaras de gas
o,  con más avances aún de la humanidad, dos millones  medio de
campesinos en las  tierras de Vietnam. También desconoce los asesinatos, esclavización y reducciones entre las poblaciones prehispánicas o las vidas que se entregaban a los dioses. 
El terror  que se denuncia contra los pueblos originarios, o
anteriores,  y que fueron reales, carece  siempre de 
perspectiva  de género y  desconsidera la relación de los nativos con
el sexo antes y después de ser intermediada por la religión. Valga decir que es posible que el día que Fernando "desvirgaba" a Isabel en algún lugar de la
isla de Cuba,  probablemente y tal la cultura, una
"india" fornicaba con los invitados a la boda y al  final
hacían el amor con su marido. Y por esa cultura la diferencia estaba también en
el trato al  aborto y sus componentes sociales  La diferencia entre
las española y las indias estribaba en el  el prestigio que daba el secreto  y las
consideraciones de la salud. Las españolas se aterrorizaban frente a la
posibilidad de que trascienda su interrupción del embarazo  mientras
que para las nativas era  parte de la  cotidianeidad. Un dato en
beneficio de la salud fue que en, algunos lugares,  las hijas asistían a
los abortos de sus madres y hermanas mayores para aprender de las curanderas,
brujas, parteras y abortadoras. De este modo se procuraba el menor riesgo tal
como lo tienen aún  las  mujeres  pobres. En la consideración  distinta  no se puede desconsiderar que los  obispos postridentinos debieron lidiar
con la sexualidad activa en varios monasterios femeninos y con
varias  monjas embarazadas que las circunstancias las obligaron a abortar. Eso ocurrió y fue  un escándalo en
el Alto Perú y en Quito en el siglo XVII. 
Desde  otra perspectiva, los críticos a los españoles y apologetas
de los presuntos  descubridores anteriores a Colón no pudieron
beneficiarse por la belleza de una obra literaria como la de  La
Florida del Inca  ni extraer, por caso, ninguna consideración de las
brechas tecnológicas como fuente de poder.   Como se infiere del indio del Misisipi que desde su embarcación  muy
precaria les gritó a los españoles: “si nosotros tuviésemos canoas tan
grandes como las vuestras, os seguiríamos hasta vuestras tierras y las
conquistaríamos, para demostraros que somos tan hombres como vosotros”.   En
realidad no eran grandes canoas sino  adefesios con el que a modo de
balsas se retiraban los restos de una expedición luego de descubrir 
tierras norteamericanas, pero  fracasados en su intento de conseguir oro.
La había comandado  Hernán de Soto que  murió
enfermo e inmediatamente fue sepultado  en el lecho del río
Misisipi  cubierto con lonas llenas de arena para evitar que su
cuerpo no emerja y conservar  la ventaja estratégica que suponía que
los nativos lo siguieran considerando una deidad inmortal. Estos
acontecimientos ocurrieron en junio de 1543
y  fue rescatado por el Inca Garcilazo de la Vega.  
El  miserable estado espiritual del indio  era 
consecuencia inevitable  de la brecha tecnológica entre los suyos  y
los que montados en un adefesio iban en búsqueda del Golfo de México. Su
valentía no contaba para nada, era puro voluntarismo. Y ésto era así por el
resultado de los recorridos distintos de los que se reencontraron el 12 de
octubre de 1492. Por un lado los europeos que dominaban la metalurgia, el arte
de navegar,  los mapas, el papel y que habían hecho la
revolución agrícola. Por el otro los que eran simples cazadores y
recolectores. En esas diferencias se basó el dominio español sobre las
poblaciones recién conocidas, ejercido  por un frente militar y otro
religioso,  no distinto en su humanidad a los portugueses, ingleses,
franceses y otros que llegaron después  y que agregaron, ademàs, 
mucho menos valores a los nativos como en las  explotaciones tropicales en donde
desaparecieron  tribus enteras que  fueron sustituidas por esclavos
africanos.
En esta perspectiva de tener como prisma la evolución de la humanidad
interesa considerar la situación en el punto de partida. El Mar Rojo en
donde sucedieron y  aún suceden cosas que cuestan entender por lo
extraordinario. Como que se abrieron las aguas para que pase Moisés y su
gente desde la esclavitud a la Tierra Prometida. Por allí nacieron tan
luego Jesucristo y Mahoma  y es la fuente de
las tres religiones monoteístas más poderosas de la historia humana, junto a la
budista; la católicas, la musulmana y la judía. Acá hubieron  guerras mucho  màs dolorosas
que las de las cruzadas,  aún hoy es el foco de tensión permanente y uno
de los dos de mayores imanes de atracción, el otro es Corea,  para
una guerra nuclear que podría hacer desaparecer al homo sapiens.
Estas dimensiones temporales cobran magnitud con  la consideración del
origen de la religión que fue un recurso central para la dominación española en
América.  Hace doscientos mil años por  esa zona  apareció el
primer homo sapiens producto de  la mutación de algún animal inofensivo,
según se especula. Cuando se socializaron con una nueva condición se
angustiaron cuando  los jóvenes no regresaban  de las cacerías,
frente a enfermedades que no entendían o cuando eran víctimas de alteraciones
climáticas y otros fenómenos que los sorprendían  y entonces acudían, 
para esperanza y consuelo,  a la imaginación. Una originalidad exclusiva
entre los seres vivos y que les representó el gran salto a su condición humana
actual. Construyeron mitos ,dioses, rituales y cosas "sagradas"
sustentados en relatos para  enfrentar a  lo inmanejable que lo
angustiaban. Por su experiencia histórica y social  lo  europeos
llegaron al Reencuentro de 1492  despuès  de haber
sistematizado  y ordenado  esas creencias en formas que se
denominaron religiones. Y a la par de la imaginación estaba  el
disfrute sexual  que hacía otra nueva diferencia  respecto a 
los animales  excepto  los bonobos y  los delfines. 
El gran artífice de lo que fue el inicio de un emprendimiento
positivo  de alta escala histórica "un gran salto de  la
humanidad"  fue  Cristófalo Colombo, de Génova.
Probablemente también  el primer corrupto en estas latitudes. Así fue
por  que los reyes habían prometido un  premio de 10 mil
maravedís al primero que  avistara tierra.  Ése fue el  vigía Rodrigo de Triana a las 2
am del viernes 12 de octubre de 1492. Para su mala sorpresa,  Colón
reivindicó el premio aduciendo  que cuatro horas antes  había
visto fuego y gente  y  que lo que había comentado a
otro de los tripulantes, probablemente un cómplice. El despojo fue 
demoledor para la moral de  Rodrigo de Triana que  renunció a la
religión católica y voluntariamente se exilió en el norte africano morisco, tan
grande fue  su desilusión. 
Ese 12 de octubre fue tambien de grandes confusiones. Ahora se discute si Colón llegó a la isla
Guanahani  o  al Cayo Samaná. Pero el de las Bahamas y no
la península de  igual nombre y  hermosas  playas
en la República Dominicana por las que pasó  de regreso a España
con  La Niña y La Pinta. La Santa María había naufragado  y
con varias de sus maderas hicieron el Fuerte de Navidad, en Haití el 26 de
diciembre de ese año. Allí se quedaron algunos que fueron muertos 
por los indios  por corruptos y arrechos como lo informara un cacique  a Colón  cuando
regresa en su segundo viaje.  Se habían propasado con las
mujeres.
En este batifondo, una mención especial merece el óleo de Dióscoro Teófilo Puebla y Tolín que resultó en el gran testimonio pictórico del desembarco, incluyendo a curas y crucifijos . Toda una mentira por que en el primer viaje no hubieron ni sacerdotes ni símbolos de la religión Católica, Apostólica y Romana ni de ninguna. El viaje estuvo libre de intromisión en la vida sexual de las mujeres indias quienes, para esta parte de la civilización cristiana, eran grandes libidinosas por lo que había que imponer una nueva perspectiva. Fue moneda corriente que los conquistadores se cruzaran con parejas haciendo el amor de manera pública y se sabe que lo que más los alteraba era cuando ocurría entre homosexuales. Obviamente debieron bordear con la locura de furia cuando veían que también era cosas de mujeres..
Y la mayor confusión, tal lo dicho,  fue 
que Colón murió sin saber que había descubierto un nuevo continente luego de
explorar solo tres de sus islas (Bahamas, Cuba y Dominicana).  Creyò 
que estaba en Asía, en  La India precisamente,  de allí lo de indios a
los nativos. Y éso por que suponía que el planeta tierra no era redondo sino,
como les escribe a los Reyes Católicos en el tercer viaje, 
" .....hallo que el mundo no
es redondo en la forma que han descrito, sino que tiene forma de una pera que
fuese muy redonda, salvo allí donde tiene el pezón o punto más alto; o como una
pelota redonda que tuviere puesta en ella como una teta de mujer, en cuya parte
es más alta la tierra y más próxima al cielo. Es en esta región, debajo de la
línea equinoccial, en el Mar Océano, el fin del Oriente, donde acaban todas las
tierras e islas…"
Lo que si les impresionó a los
barbados  fueron las heridas y mutilaciones que tenían los
lampiños,   especialmente por los penes cortados hasta el bajo
vientre. Con el idioma de los gestos se  informaron que la
ablación no tenía origen en rencores  femeninos, ni por infidelidad
de los infelices ni  por la violencia del sexo oral sino que era por
el egoísmo del poder; el de los feroces caribes  de la
montaña  que querían  a las  mujeres para disfrutarlas en exclusividad. Así,  la violencia sexual no era  solo cosa de europeos. Y los jefes de las
carabelas  tenían especial cuidado en que sus subordinados no se
propasen por lo que miraban de reojos y vigilantes  al grupo de criminales y
ladrones que venían con ellos y a los que cabría imaginar casi en cunclillas,
cruzados de piernas y cubriéndose con las manos la zona inguinal como actos
reflejos de protección de esas terribles ablaciones efectuadas por más que
sádicos salvajes.
Un mal  dato por su repercusión historiográfica fue el
de  que estos ilustres caballeros españoles  recién llegados en el
primer viaje,   tuvieron recato para mantener en secreto  las
cosas de la vida sexual.  A los indios, por su parte,  les
resultaban  indiferente por su consideración social, placentero y propicio
para la fertilidad de los suelos  y la abundancia
de   los frutos. Tiempo después en las calurosas playas
mexicanas encontraron hasta instrumentos imaginativos para el placer o juguetes
sexuales pulidos por las y los mismos indios.  En la galería de alfarería
erótica de un museo peruano se conservan  piezas elocuentes de cómo
los lugareños asumían el sexo e igualmente en el Museo Antropológico de Mèxico.. Distinta a la después nueva normalidad a
partir de la  presencia clerical obsesiva, particularmente con el de
las mujeres. Es de imaginar cómo se escandalizaron estos prelados, los
creyentes y los hipócritas cuando en aquellas playas mexicanas
descubrieron  relaciones sexuales de hijos con madres, sobrinas con tíos
e, inclusive, entre hermanos.
Pero ese  recato caballero y español  no fue una  cosa de italianos. De éstos llegaron  las primeras noticias de la sexualidad de
la conquista a la que vinieron en los barcos como  navegantes. El primero
arribó  en el segundo viaje;  un tal Miguel de Cúneo, genovés. 
invitado y  designado por Colón como Cronista, que detalló lo que le
habría acontecido y que se expandió como reguero de pólvora por toda la
península:  «Estando yo en la barca
tomé una cambala [caribe] bellísima, la cual me regaló el señor Almirante; y
teniéndola en mi camarote, al estar desnuda según su usanza, me vino deseo de
solazarme con ella; y al querer poner en obra mi deseo, ella, resistiéndose, me
arañó de tal modo con sus uñas que yo no hubiese querido entonces haber comenzado; […] agarré
una correa y le di una buena tunda de azotes, de modo que lanzaba gritos
inauditos […]. Por último, nos pusimos de acuerdo de tal manera que os puedo
decir que de hecho parecía amaestrada en la escuela de rameras»
Este personaje fue considerado un fanfarrón, chismoso y mentiroso. Hasta
delató al propio Colón, su amigo de la infancia y por quien viajó gratis, 
contando que se detenía  en una isla de Las Canarias para visitar a un
señora española, con nombre y todo,  que era su
amante.  Los estudiosos  de estas organizaciones de
conquista dicen que fue  imposible que lo relatado por el bocón acerca  de su
experiencia con la salvaje  haya ocurrido en un navío por  el duro
sistema disciplinario. Ninguno intuye, salvo las y los
feministas,  que la resistencia de la mujer  pudo haber sido por
que el italiano  era un hediondo como los españoles  de la
expedición  con sus ridículos  ornamentas y  trajes de lana
y seda que los hacían suponer que lucían majestuosos en el calor caribeño.
De cualquier modo la cosa de los chismes no cambió  con los
“Cronistas” designados posteriormente por los Reyes.. Una suerte de periodistas
seguramente monárquicos y obviamente serviles a los intereses dominantes.  Los
curas también  fueron una  fuente inagotable de
información  especialmente sobre las cuestiones sexuales del las mujeres.
Toda una obsesión, por otra parte.
Los sacerdotes llegaron recién en el segundo  viaje para tener una
influencia decisiva hasta nuestros días. Fueron  conservadores o
reaccionarios  como regla y progresistas como excepción. Entre éstos
se destacó Fray Bartolomé de las Casas. Luego del primer viaje a algunos
españoles se les vino la locura de dudar del carácter humano de los nativos. Ni
siquiera lo supusieron otros homos,  por ejemplo  los 
Cromañón que tambièn  habitaron España. Simplemente decidieron que sean animales
y para decidirlo se hizo  un juicio con arbitraje
del  Papa.  Ríos de tinta, miles de millas de barcos que
transportaban alegatos y de entre ellos el del bueno y contundente fraile
defensor de  los indios con el impecable  razonamiento: “si
los nativos fueran animales, los españoles deben ser condenados a
muerte,  por zoofilia”. Posiblemente tenía referencia de las
orgías con llamas y alpacas en el ámbito sudamericano donde habitaban estos
dulces camélidos. 
De ésto da cuenta el rosarino Ricardo Herren en “La conquista erótica
de la las Indias”. Se trata del reformista, en los antecedentes
originarios de la Franja Morada inmediatamente a la dictadura de
Onganía,  que estudió Ciencias Políticas en la Universidad Nacional
de Rosario, fue corresponsal de guerra del diario "Clarín" de Buenos
Aires, en Madrid del "Diario Excélsior" de México y redactor jefe de
la revista "Cambio 16”. Fue
reconocido como un experto en miscegenación.
Eso sì, y allí la daga de los “revisionistas” penetra
profundo,  los conquistadores españoles ignoraron los avances 
sociales, culturales y científicos que realmente existieron antes de 1492 Un
dato original es el de los constitucionalistas norteamericanos que reconocieron
entre las fuentes de su Constitución de 1787 a la Iraquesa del Siglo XII 
que además de establecer la forma confederal  consagró un sistema electivo
de gobierno con un fuerte empoderamiento a las mujeres. Tampoco reconocieron el
sistema de siembra directa de los mayas y menos, la estructura socialista de
los incas. 
Un simpatizante de la cultura iroquesa fue Aníbal Ponce, figura central
del reformismo argentino no obstante las obsesiones de otros positivistas como
Raúl Orgaz (La Raza como factor  social), José Ingeniero (La
formación de una raza argentina) o Lucas Ayagarray (La mestización de
las razas en América y sus consecuencias degenerativas) y que analizaremos
especialmente.
