En notas anteriores denominé "tripolaridad de los duetos" a la paridad de fuerzas entre los tres contendientes de la Provincia de Buenos Aires y a que las listas se reconocían por los dos primeros lugares. (Stolbizer-Alfonsín/Kirchner-Scioli y De Narváez-Solá). También señalé en lo que se inscribía la encuesta de La Nación, la anterior, y lo que no era entonces, podía aprotar a cumplir sus objetivos de la polarización lo que aparentemente ocurre, según lo dicen hoy.
Se inicia la semana decisiva sobre los indecisos y los votantes que expresan que pueden cambiar sus votos en el espacio no kirchnerista. En el Acuerdo Cívico y Social no todos los deberes fueron hechos y los principales los debemos orientar a un esfuerzo que debe dar resultado si ponemos la militancia como medio en el sentido de que el medio también es el mensaje. La Democracia sin brutales recursos económicos es posible (de salvar eso se trata) y hay que recuperar la tipolaridad y uno de los caminos es recuperar los duetos. No solo es que Solá es un símbolo de lo mismo, sino que Alfonsín es el recurso principal a esta altura de la campaña. Insistir en la verdad que son lo mismo y volver a imponer a Ricardo en el centro de la escena es el esfuerzo que puede dar resultados desde la movilización de las simpatías.
Tenemos en juego muchas cosas para la Argentina que viene. La falsa polarización es consecuencia del carácter de las luchas de la 125, el infantilismo K (lo dije entonces) y el brutal poder del dinero. Es mucho lo que hay que vencer, pero la experiencia indica que se puede.
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