Estoy pensando en las que luchan por los derechos de la
mujer, en las que están con el aborto no punible o el matrimonio igualitario,
las que abortaron, los que usan condones, los homosexuales, los divorciados y
por qué no solo no deben sentirse derrotados por la elección de Bergoglio sino
alegrarse por su condición de argentino.
Y no excluirse de la fiesta sin sentirse falsos o que tienen
una particularidad singular que “los absuelve” o asumirse en contradicción.
Por el contrario, deben asumirse Galileos, o a favor de Galileo
y pensarlo a Bergoglio en término del “qué queremos que diga o pueda decir un
Papa en esta etapa histórica”. Simplemente éso.
Abismos que lo resolvemos si lo pensemos en clave de sus luchas contra
la trata de personas, contra el trabajo esclavo y otras progresistas. Y dentro
de los millones de argentinos que no lucharon contra la dictadura sin estar a
favor de ella o que ignoraron lo que pasaba o que al saberlo la criticaban sin
animarse a más por que se planteó de un modo que no la sentían su lucha. Muchas
veces por culpa de la estratégica de una de las partes que hoy nos gobierna.
Y entonces resolver la cuestión con la política o la ideología
pensando en el rol de la religión, y sus instituciones, en su etapa de mayorías no esclavizadas. De
curas franquistas y ladrones de la plata boliviana o el oro mexicano. Pensando en la
Iglesia que libera, en la religión que consagra a los débiles como centro. En
el por qué de las religiones en los que, en tanto categoría histórica, los
divorciados, los que usan condones, los homosexuales, los que abortaron o están por la no punibilidad del aborto, los que tienen sexo sin estar casados y que
no esperan la bendición para gozarlo, pueden comulgar sintiéndose liberadores
en vez de pecadores. Y por lo tanto contentos por la argentinidad del Papa.
Entonces, políticamente pensar la cosa religiosa en su sentir y en sus instituciones
en términos de Solari Yrigoyen, de Fernandez Meijide, de Pérez Esquivel y
seguir la luchas progresistas, feministas y por la ampliación de derechos.
Carloto es el rostro de la derrota de los que, por motivos que analizaremos,
primero denostaron a Bergoglio con fotos trucadas o de explicaciones falsas,
para luego refugiarse con Estela en la comparación de las luchas de la iglesia
argentina respecto a la de Brasil, Chile y Uruguay. Y sin decir que las
reparaciones argentinas fueron infinitamente superiores, inclusive en su
incidencia en esos países, por las luchas nuestras con Alfonsín al frente. La
valentía para una cosa es directamente proporcional a la cobardía para otra.
Ella tiene
obligaciones burocráticas desde un nepotismo particular que siente para su
familia la titularidad de todos los organismos del estado que atienden derechos
humanos. Y nunca lo digo, y espero no decirlo más porque somos de la misma
trinchera, y sus contradicciones son propias de las y los que merecen mi respeto
sin yo sentir vergüenza por que sus hijos murieron y yo no y ambos luchamos
contra la dictadura de modos diferentes.
Estoy buscando en mi biblioteca a “Humanismo burgués y humanismo proletario.
De Erasmo a Romain Rolland.” A la
compilación de la “Revista de Filosofía” de los viejos reformistas. Al “Interludio
filosófico” en las Obras Completas de Lisandro de la Torre. Espero encontrar
luz que explique, en un libro que compraré hoy, a la tolerancia del Partido Comunista
Argentino a Videla y a los “militares buenos” en términos de su ideología
internacionalista y el rol de proveedor de alimentos a la Unión Soviética
bloqueada por su incursión en Afganistán. Muchos de ellos que nutren ideológicamente a este gobierno y que conmigo bebieron en las mismas editoriales las bases reformistas.
Y desde allí, y mi Radicalismo, dar debate a los irresponsables kirchneristas,
por lo general no peronistas, que auspician una nueva brecha artificial y
entienden a la elección de Bergoglio como una oportunidad. De completar la
revolución contra la oligarquía de la 125. De los medios de comunicación con 6,
7 y 8, contra las cúpulas militares de viejitos desarmados. Ahora “enfrentándose” a la cúpula Vaticana (¡Cartón lleno!).
Nadie como ellos en la historia de los revolucionarios en sus contextos
epicúreos. Es que en sus country se les pone la piel de gallina cada vez que pasan un
lomo de burro con sus últimos modelos, con emoción pensando que están
combatiendo en la cubana Sierra Maestra.
A propósito, Cuba, Nicaragua, Venezuela, Ecuador,
China, Vietnam y otros por ellos bien admirados ya saludaron a Francisco y los invitaron a sus países. Ellos no
necesitan encontrar en Bergoglio a la Iglesia explotadora y a un cura fascista.
El develar la clave del por qué, acerca mucho a comprender la esencia del Kirchnerismo. Y hacerle el juego al pícaro de Macri con su plan para representar a los viejos y nuevos reaccionarios de la Argentina. Entonces la opción del Papa argentino o el Papa porteño.