
A propósito de su muerte, la critica lo miró como un acomodaticio respecto a los gobiernos de turno. Un grave error. Con Grondona fue un acérrimo desestabilizador del Gobierno de Illia. Mas que el Profesor, lo fue también del gobierno de Alfonsin. La democracia no lo tuvo tanto de amigo como fue el caso de las dictaduras y fue promotor de figuras lamentablemente olvidadas como Adelina de Viola y Alberto Albamonte. Igualmente de María Julia Alzogaray con sinceras lágrimas a la hora del sepelio.
Hace a la lógica la presencia de Menem y De la Rúa. Ellos son el rostro esa derrota cultural que caló hondo en el pensamiento nacional y fundamentó la década del 90. Hasta incidió en nuestras propias filas cuando varios de los nuestros se abonaban a sus programas y a Neustadt lo entraron a llamar Bernardo y al pueblo, sociedad. Estas no son solo apreciaciones semánticas.
Que haya fallecido el día del periodista fue una mera casualidad. Nada ha perdido el sendero de Mariano Moreno.
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